Carlos Ghosn, el antiguo responsable mundial de Renault-Nissan, ha escapado de la justicia japonesa y ha huido al Líbano, país que carece de acuerdo de extradición con Japón, desde donde se dispone a reorganizar su defensa judicial. El exmagnate del motor, de 65 años, se fugó en avión privado de Japón (con una identidad falsa), donde estaba en arresto domiciliario a la espera de ser juzgado por delitos de estafa a la compañía en un proceso que podría representar para él una larga condena en las cárceles niponas.

Ghosn anunció ayer que dará una rueda de prensa en Beirut el próximo 8 de enero en la que presuntamente aportará más detalles sobre su fuga y sus planes de futuro. Sus movimientos en Tokio estaban restringidos, había cámaras frente a su domicilio y el único acceso a internet lo tenía que hacer en las oficinas de sus abogados. También tenía limitaciones para comunicarse con sus familiares. A pesar de todo ello, se fugó.

El exdirigente de Nissan-Renault desató una polémica internacional tras filtrar fuentes de su entorno que se había reunido en Beirut con el presidente libanés Michel Aoun y que este le había expresado su apoyo. Hechos que fuentes de la oficina presidencial desmintieron a la agencia Reuters.

Esas mismas fuentes aseguraron que Ghosn entró legalmente en el Líbano y que, por lo tanto, no tienen motivo alguno para tomar medidas legales contra él. Versión que se contradice con la de su principal abogado en Japón, que afirmó estar en posesión de los tres pasaportes del fugado, no en vano Ghosn tiene triple nacionalidad: francesa, brasileña y libanesa.

La primera consecuencia de la huida del magnate es que pierde la fianza de 12 millones de euros que depositó para poder salir de la cárcel en libertad vigilada a la espera de juicio.

Ghosn justificó su huida en un comunicado en el que afirmó que en Japón se enfrentaba a un sistema judicial «parcial donde prevalece la presunción de culpabilidad». «No me he fugado de la justicia, me he escapado de la injusticia y de la persecución política», señaló el exdirectivo en la nota distribuida por Renault.

En dicho comunicado, el expresidente de Nissan carga contra la justicia japonesa: «Ya no soy el rehén del sistema judicial japonés parcial donde prevalece la presunción de culpabilidad, donde la discriminación es generalizada y donde se violan los derechos humanos». Ello, tal como agrega, «en total desprecio de las leyes y tratados internacionales que Japón ha ratificado».

VÍCTIMA DE UN «COMPLOT» / Ghosn siempre ha negado los hechos de los que se le acusa y ha asegurado que es víctima de un «complot» interno de Nissan para evitar una mayor integración con Renault y, eventualmente, una fusión entre otras dos compañías y un hermano menor, Mitsubishi. El expresidente de Renault-Nissan fue arrestado por primera vez el 19 de noviembre del 2018, y quedó en libertad bajo fianza el pasado 6 de marzo y nuevamente fue detenido el 4 de abril para responder a las acusaciones de la fiscalía por las irregularidades.