Nuevos detalles han salido a la luz sobre la polémica y misteriosa fuga del expresidente de Nissan-Renault Carlos Ghosn de Japón, donde estaba en arresto domiciliario, hasta Beirut (Líbano). El exdirectivo del motor, cual Houdini del siglo XXI, consiguió burlar a la justicia japonesa y llegar hasta Líbano metido en una caja para instrumentos y aprovechando un fallo en el dispositivo de seguridad del aeropuerto de Osaka (Japón). The Wall Street Journal publicó ayer nuevos entresijos de la peliculera huida de este magnate del motor con triple nacionalidad. Peliculera hasta el punto de que el propio Ghosn está sondeando el mercado del audiovisual para intentar colocar la historia y embolsarse unos royalties por el camino.

El lugar idóneo que encontraron sus cómplices para sacar al expresidente de Nissan-Renault de Japón fue el aeropuerto de Osaka. Una pista de salida mucho más tranquila y menos transitada que otras como las del aeropuerto internacional de Narita Jasiko, el principal punto de entrada y salida de viajeros de la gran conurbación de Tokio.

Carlos Ghosn y sus socios de escapismo eligieron el aeropuerto de Osaka y, dentro de este, una ruta concreta. La fuga comenzó, presuntamente, con una fiesta en la residencia de Ghosn en Tokio, a la que asistió un equipo de músicos para amenizar la velada. Y el fugado consiguió evadir a las autoridades niponas escondiéndose en una de las cajas en las que los músicos transportaban sus instrumentos musicales de gran tamaño.

Ghosn fue sacado de su residencia de Tokio y transportado en secreto hasta el aeropuerto de Osaka, una distancia de casi 500 kilómetros. Allí logró sortear los controles de seguridad ya que pasó por una estación con el escáner de materiales pesados averiado. Ese detector que eligieron los cómplices de Ghosn fue uno y no otro debido a que esa brecha en la seguridad de aeropuerto la tenían detectada hacía meses.

EXMILITAR DE FUERZAS ESPECIALES /Asimismo, The Wall Street Journal apuntó que Carlos Ghosn recurrió al servicio de empresas de seguridad privada norteamericanas y, en concreto, a un «experto en las fugas clandestinas» y bastante conocido en su sector llamado Michael Taylor, quien también es un exmilitar de las fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos. Por otro lado, Ghosn ha intentado en todo momento desvincular a su familia de la huida.

El multimillonario prófugo voló primero desde la ciudad nipona de Osaka al aeropuerto Atatürk, y desde allí al Líbano, donde entró usando un pasaporte de nacionalidad francesa. Hay cuatro pilotos arrestados, de los que dos habían estado de servicio en los aviones empleados para el delito, y un director de una empresa de carga privada.