El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha propuesto oficialmente al ministro de Economía, Luis De Guindos, como candidato a la vicepresidencia del BCE. De Guindos tendrá que competir con el gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, que también aspira a suceder al actual vicepresidente del BCE, el portugués Vitor Constancio, a partir del 1 de junio próximo.

Agotando el último día de plazo, Rajoy presentó ayer la candidatura de Guindos en contra del criterio que -según fuentes diplomáticas- había hecho llegar el propio BCE al Gobierno. Según estas mismas fuentes, el BCE no ve con buenos ojos el perfil político de Guindos por su desempeño como ministro de Economía; desde el organismo se había comunicado al Gobierno su preferencia por un candidato con un perfil más técnico y, preferiblemente, mujer.

El BCE, sin embargo, no tiene poder de decisión en esta materia. La capacidad de elección reside en los Estados, a través de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, en primer lugar, y del Consejo Europeo, en última instancia. A falta del aval del BCE, Rajoy ha optado por jugar a fondo la baza diplomática para garantizarse el apoyo de una mayoría reforzada (14 países y el 65% de la población de la zona euro), so pena de que «los favores al final hay que devolverlos», lamentan las fuentes consultadas.

«Tanto el presidente como yo mismo hemos recabado los apoyos y existen muchas probabilidades» de que la candidatura española salga adelante, dijo Guindos en una comparecencia acompañado por miembros de su equipo. El ministro agradeció la confianza y el apoyo recibido del presidente del Gobierno, pese a que Rajoy había evitado horas antes hacer él mismo el anuncio.

El presidente se limitó a expresar su aval al hasta ahora ministro de Economía a través de Twitter. «España presenta un magnífico candidato», escribió el jefe del Ejecutivo, destacando su «rigor», «experiencia» y «fidelidad a los principios» de la UE, así como su papel como responsable de Economía durante la crisis.

En caso de ser elegido por el Eurogrupo del 19 de febrero, la decisión debe ser ratificada en el Consejo Europeo previsto para los días 22 y 23 de marzo. «Si soy elegido dimitiré inmediatamente», en marzo, dijo el ministro. Y su confianza en que resultará elegido es tal que no ha querido entrar en la cuestión de si también dimitirá en caso de no resultar designado. En 2015 Guindos ya intentó hacerse con la presidencia del Eurogrupo pero perdió en su disputa con el holandés Jeroen Dijsselbloem.

La marcha de Guindos obligará a Rajoy a abrir una crisis de Gobierno en un momento delicado. Pero es conocida su inclinación a ayudar a los que le han sido fiel y premiarlos, como Moragas o José Ignacio Wert, por ejemplo.

PROS Y CONTRAS / La candidatura de Guindos, sin embargo, no ha contado con el aval del PSOE, cuyo secretario general, Pedro Sánchez, había pedido a Rajoy la presentación de un candidatura española a través de «una mujer experta en política monetaria» tal como demandan el propio BCE y el Parlamento Europeo. Luis de Guindos, sin embargo, restó importancia a este hecho. «No voy a comentar la posición de terceros», dijo, y puso sobre la mesa los méritos que avalan su candidatura, que tienen que ver con haber pilotado la reestructuración del sector financiero español y la recuperación de la economía española.

También minimizó el riesgo de que su propio perfil político, como ministro, sirva de lastre para su elección. «Lo importante es que la persona elegida defienda la independencia del BCE, como yo siempre he hecho como ministro», aclaró. Por último, tampoco quiso entrar en la conveniencia de que España hubiera propuesto una mujer como candidata. «En los dos próximos años van a quedar vacantes cinco puestos en el BCE» y eso, según Guindos, prestará oportunidades para una mayor presencia femenina en su consejo ejecutivo.

El objetivo primordial de España es reconquistar una silla que el Gobierno perdió el año del rescate bancario, en el 2012, cuando el candidato propuesto para sustituir a José Manuel González Páramo perdió en la pugna con el luxemburgués Yves Mersch. La vicepresidencia del BCE constituye el primero de los puestos que quedarán libres en el organismo monetario europeo en los próximos dos años. A finales del 2019 está prevista la sustitución del presidente Mario Draghi.