El Ministerio de Empleo y Seguridad Social, que dirige Fátima Báñez, quiere reforzar los controles del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) encargado de las relaciones con los parados (desde los cursos de formación hasta las prestaciones) para cumplir con los objetivos de eficacia que se exige desde las instituciones europeas y conocer el resultados de la aplicación de las políticas activas de empleo. Con este fin, pretende implantar desde el año que viene un doble control de evaluación: uno interno del propio SEPE, mediante una "unidad específica" y otro, que se pondrá en marcha en el 2018, y se encomendará a "una entidad externa" que aún está por determinar, pero que será pública.

Este mecanismo figura en un borrador de la Estrategia Española de Activación para el Empleo 2017-2020 que probablemente apruebe hoy el Consejo de Ministros, tras darla a conocer a las comunidades autónomas en la conferencia sectorial de este último trimestre. Se acordó realizar esta estrategia en la Conferencia de Presidentes de enero de este año y su objetivo es valorar los resultados de los servicios públicos de empleo y de todas las medidas que se pongan en marcha para reducir la alta tasa de paro en España.

Dos niveles

El borrador conocido por este diario establece dos niveles de evaluación: Por una parte, se analizará cada año la aplicación de los planes de empleo, cuyos resultados se tendrán en cuenta para el reparto de los fondos a cada autonomía.

También anualmente se realizará una evaluación de la eficacia y eficiencia del sistema de formación profesional. Y cada dos años todos los servicios públicos autonómicos participaran en la evaluación que realizará la Unión Europea.

En un segundo nivel de evaluación se incluye el doble control antes citado y se pondrán bajo la lupa todas las políticas activas de empleo (que incluye el plan Prepara), así como los resultados de todas las bonificaciones existentes para incentivar la contratación.

El decreto de la Estrategia que estudiará el Gobierno radiografía también la situación actual del mercado de trabajo y presume de que España "lidera la creación de empleo en términos absolutos" de la UE. De ahí que mantenga la previsión de llegar al año 2020 con una población activa superior a los 20,3 millones de trabajadores.

Puntos negros

Los puntos negros son la alta tasa de temporalidad, "por encima de la media europea", dice el texto, y el paro de larga duración, en torno al 45,7%, lo que supone que más de 1,5 millones de desempleados lleva más de un año registrado en el SEPE.

Los que llevan en paro entre un año y año y medio tienen la mitad de probabilidades de encontrar empleo que los que llevan menos tiempo. Para los que llevan de cuatro años o más sus posibilidades se reducen a la quinta parte. Empleo asegura que en el 2016 solo el 10% de los parados de larga duración encontraron un empleo, porcentaje que baja al 5% cuando se trata de desempleados mayores de 55 años.

Los datos aportados por el ministerio al borrador del decreto de la estrategia indican que el 50,4% de los parados registrados son mayores de 45 años, casi cuatro puntos más que hace dos años. De ellos, cerca del 60% es de parados de larga duración y cerca del 25% con baja cualificación.