Tras varios meses de análisis y dudas, el Gobierno ha avanzado por fin otro paso en la privatización de Bankia, el segundo desde el ya lejano dado a principios del 2014. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Ministerio de Economía, ha dado orden de vender el 7% de las acciones del banco, de las que posee el 67%. La operación -encargada a los bancos de inversión Deutsche Bank, Morgan Stanley y UBS- se está realizando a través del procedimiento conocido como colocación acelerada, que pasa por subastar las acciones a inversores profesionales, y probablemente estará cerrada en torno a la hora en que la bolsa vuelva a abrir hoy.

La transacción, adelantada por Vozpopuli, se ha estudiado varias veces en los últimos años y lleva preparada para ejecutarse en cualquier momento desde hace meses. El ministro de Economía, Luis de Guindos, la anunció antes del verano para la vuelta de las vacaciones, pero posteriormente prefirió esperar hasta que se despejasen incógnitas como el referéndum catalán del 1-O y la posterior declaración de independencia, que lastraron la cotización del banco y de toda la bolsa. Tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, las acciones han vuelto a subir en el último par de semanas y ayer cerraron a 4,173 euros, tras revalorizarse el 0,55%, con lo que se encuentran en su nivel más alto desde el pasado agosto.

El paquete a la venta vale en el mercado 844,9 millones de euros, pero el Estado ingresará con toda probabilidad una cantidad inferior ya que los inversores exigen un descuento para comprarle las acciones directamente en lugar de en bolsa. De hecho, otro de los motivos que ha retardado la decisión del Ejecutivo es que la venta se va a producir a un precio mucho más bajo que en el 2014. Entonces, con toda la bolsa a niveles más elevados que el actual, se logró colocar un 7,5% a algo más de seis euros por título, con lo que el Estado ingresó 1.304 millones y obtuvo 136 millones de plusvalías. El resultado de la nueva operación depende del valor al que el FROB tenga consignada su participación, pero no se descarta que haya minusvalías.

Pese a ello, el Gobierno ha decidido dar el paso para ir avanzando en una privatización que debe completar antes del cierre del 2019 (salvo cambio legal que puede aprobar el propio Ejecutivo, como ya hizo el año pasado). También para aumentar la liquidez del valor (porcentaje de acciones que cotizan libremente en el mercado o free float), lo que permitirá que grandes inversores que ahora no compran los títulos porque se lo impide su reglamento interno o porque pueden distorsionar mucho la cotización puedan comenzar a hacerlo y así suba más el valor bursátil de la entidad.

El FROB ha recuperado ya unos 1.800 millones de ayudas públicas en Bankia, a través de la venta del 2014 y del cobro de dividendos. Todavía una cifra baja, aún incluyendo lo que ingrese con la nueva desinversión, respecto a los 22.450 millones en ayudas inyectados en el grupo en el 2012. De hecho, el banco debería subir en torno a un 150% en bolsa para que el Estado recuperase todo el dinero, algo más que difícil.

DECISIÓN ACERTADA / En una entrevista publicada este fin de semana por este diario, el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, defendió que «con independencia de cuál sea la devolución final, la decisión del rescate de Bankia fue acertada sin ninguna duda» y destacó que el grupo ha podido devolver también unos 5.000 millones a los preferentistas y a los inversores minoristas de la salida a bolsa del 2011.

«No se puede decir que las cosas son buenas o malas sin ver la alternativa y cualquier alternativa hubiera sido peor. No se salvó a los banqueros, sino a más de seis millones de depositantes, que por ley tenían garantizados más de 60.000 millones de euros. La cuestión es quién hubiera puesto ese dinero. Se hubiera producido una desestabilización de todos los bancos. Por contra, la prima de riesgo bajó y con ello abarató la financiación de empresas y familias», argumentó.

El ejecutivo evitó valorar si el Estado podrá recuperar toda las ayudas inyectadas en el banco o no. Dependerá, apuntó, del precio que el mercado dé al sistema financiero y de la evolución de los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo (BCE). Asimismo, Goirigolzarri se declaró partidario de la privatización parcial, aunque se haga a precios menores que en el 2014. Entonces, argumentó, el sector financiero cotizaba «a multiplicadores más altos».