Bankia es el banco español que más ha subido en bolsa desde que recibió la última aportación de ayudas públicas (22.424 millones de euros en total) en el 2013, pero en lo que va de año está registrando un peor comportamiento que sus competidores. Una situación que su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, achacó ayer a que el mercado sabe que el Estado tiene que vender su 66% del banco antes del final del 2019, salvo cambio legal.

Más relevante aún es que el ministro de Economía, Luis de Guindos, alentase antes del verano la expectativa de que el Gobierno iba a vender pronto un segundo paquete accionarial de la entidad, el primero tras la privatización parcial de febrero del 2014. Es la forma de ir avanzando en la devolución de las ayudas. El problema es que el precio de entonces, más la caída bursátil general a raíz del conflicto catalán, están provocando que las acciones estén topadas: los inversores quieren comprar barato y se frenan antes de que sobrepasen ese muro de cristal.

El Gobierno, por ello, se resiste a vender. Hace tres años y medio, ingresó 1.304 millones, con 136 millones de plusvalías, por el 7,5% del capital que colocó a un precio que a día de hoy sería de 6,04 euros por título. Ayer cerraron a 3,901 euros, de ahí la reticencia del Ejecutivo.

Pero en Bankia argumentan que la cotización no subirá hasta que el Gobierno realice una segunda privatización: los inversores no compran porque están a la espera y muchos fondos no pueden entrar en el accionariado porque no hay suficientes títulos en el mercado y sus estatutos se lo impiden. Así, Goirigolzarri instó sutilmente al Gobierno ayer en un acto de Nueva Economía a avanzar la venta: «El mercado está a la espera de que la privatización se produzca; estoy convencido de que cuando suceda, reconocerá el valor del banco».

A juicio de la entidad, se trataría de recuperar menos ayudas a corto plazo para poder devolver más en el medio. Pero antes, y en el mismo foro, el ministro de Economía, Luis de Guindos, eludió comprometerse: «El proceso de devolución de ayudas continuará tan pronto como sea posible, pero sin perder de vista la maximización del precio».

RESCATE NECESARIO / Goirigolzarri, en este sentido, también alertó de que la devolución de las ayudas, más allá de la gestión del banco, depende de la valoración que el mercado haga del sistema financiero. En lo que sí coincidieron ambos es en defender que el rescate bancario del 2012 fue un rescate de los depositantes que, según Guindos, evitó un rescate total del país y que España saliese del euro.

El banquero también descartó que Bankia vaya a protagonizar nuevas fusiones, más allá de terminar de integrar BMN en los próximos meses, pese a los rumores que le han ligado al Sabadell. En este sentido, aseguró tener «muy avanzado» el ajuste de plantilla y oficinas que realizará en el nuevo grupo tras la fusión, pero negó tener las cifras cerradas pese a que hace unos días los sindicatos calcularan que podría prescindir de más de 2.000 empleados. Goirigolzarri también confirmó su deseo de seguir presidiendo Bankia, pero prometió no «batir ningún récord» de longevidad en el puesto.