La tensión política ha erosionado las perspectivas económicas de Cataluña, pero el país cuenta con una economía con una estructrura"fuerte y robusta" para salir del atrolladero. Así lo afirman un grupo de insignes economistas en una nota en la que reclaman "contextualizar" el análisis del momento actual a la luz de "las bases estructurales que han caracterizado el dinamismo socioeconómico de Cataluña a lo largo de los tiempos". En un comunicado destinado a resaltar las fortalezas de la economía catalana y su capacidad de sobreponerse a los reveses destacan que "todas las sociedades atraviesan a la largo de su historia momentos de incertidumbre. Lo que las diferencia es la capacidad de afrontarlos y los activos acumulados que permiten una estructura económica sólida apta para asumir 'shocks' puntuales".

Salvador Alemany, presidente de Abertis y del antiguo consejo asesor del 'expresident' Artur Mas; Guillem López Casasnovas, catedrático de Economia de la Pompeu Fabra y exconsejero del Banco de España; Carles Gasòliba, antiguo diputado, senador por la antigua CDC y CiU y presidente del Patronat Català ProEuropa; Joan Hortalà, presidente de la Bolsa de Barcelona, Andreu Mas-Colell, 'exconseller' de Univsrfitat y de Economia en gobiernos de CiU; Antoni Serra Ramoneda, expresidente de la antigua Caixa Cataluña; y Joan B. Casas, decano del Col.legi d'Economistes de Cataluña firman el comunicado como colegiados de mérito del Col.legi d'Economistes de Cataluña. Su objetivo, aseguran, es rehuir de "consideraciones de carácter político" y electoral y focalizarse "en los principales datos y características objetivas de la economía catalana".

INDUSTRIA Y PYMES

La nota, titulada 'Cataluña, una economía sólida', recuerda "el fuerte componente industrial, exportador, infraestructural y de pymes" del país, el cual se ve corroborado por una elevada confianza depositada por los inversores internacionales". Además subrayan "la elevada capacidad de resistencia y de adaptación del tejido social y empresarial" de Cataluña.

A su vez reclaman a los partidos políticos que concurren a las elecciones del 21-D que defiendan la necesidad de "una política económica propia, que corrija los puntos débiles de la realidad económica y apoye los fuertes". Reitearn las "corrientes de fondo" positivas marcadas por las exportaciones, el impulso industrial o la confianza de los inversores internacionales

"Hay corrientes de fondo de la economía catalana que se han ido acumulando a lo a largo de la historia y que se han visto reforzadas estos últimos años como consecuencia del proceso de adaptación a la gran recesión iniciada en el 2008, que hacen que actualmente disponga de una estructura robusta(...)". Esta se concreta, entre otros y como resumen de todas ellas, en un crecimiento económico del 3,2% este año, frente al 3,5% del 2016.