A falta de un documento formal que ponga en negro sobre blanco y con la firma las partes el contenido exacto del pacto, el preacuerdo entre Gobierno y sindicatos recoge varios de los puntos que han ido copando durante meses las reuniones de las Mesas de Diálogo Social. En este especio de concertación se lleva debatiendo desde el verano cómo y en qué plazos derogar algunos aspectos de las reformas laborales el anterior Gobierno del PP.

Ultraactividad - Reequilibrar la negociación

Una de las medidas más lesivas para el modelo de concertación social de la reforma laboral del 2012 fue la eliminación de la ultraactividad. Ello significó que el equilibrio legal de fuerzas entre empresarios y sindicatos se rompiera, ya que los primeros podían acabar imponiendo su convenio a los segundos.

Antes de la reforma cuando un convenio colectivo vencía sus condiciones se prorrogaban indefinidamente hasta que las partes pactarán uno nuevo. Ello permitía que un nuevo convenio solo significara para los trabajadores mejores condiciones o, si estas empeoraban, que fuera con su consentimiento.

Registro horario - La medida de la "coherencia"

Así la describió la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, este jueves en un acto en Madrid. Uno de los principales planes estratégicos que puso en marcha tras la moción de censura fue el Plan Director por un Trabajo Digno, que pretendía, entre otros, combatir la temporalidad y parcialidad fraudulentas. Y es el exceso de horas extras una gran fuente de irregularidades.

Hasta ahora las empresas solo tenían obligación explícita de tener un control sobre las horas extras de sus empleados y con esta reforma se obligará a que también deban registrar las ordinarias. Fuentes presentes en las negociaciones cuentan que la reforma contempla la obligación de conservar los registros durante cuatro años, en caso de una inspección, además de facilitar un registro de jornada a los representantes de los trabajadores.

Prevalencia entre convenios - El sectorial primará sobre el de empresa

Esta medida va muy ligada y depende de la recuperación de la ultraactividad. Tras la reforma del PP, cuando un convenio de empresa se extinguía se regresaba al propio de cada sector. En la lógica anterior, empresa y sindicatos podían estar motivados a negociar un convenio de empresa que, partiendo de los mínimos del sectorial, mejorará algunos aspectos.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy cambió dicha lógica y, tras la reforma del 2012, un convenio de empresa solía significar peores condiciones que las de la media del sector.

Subcontratación - Menos desigualdad

Reformar el artículo 42 del Estatuto de los Trabajadores fue otro de los compromisos con el que el PSOE llegó al Gobierno. Actualmente externalizar suele significar peores condiciones laborales en comparación con la empresa 'madre'.

La modificación acordada con los sindicatos fijará que a los empleados de las subcontratas se les tenga que aplicar el convenio del sector según su actividad. El grado de responsabilidad que deberá asumir la empresa contratante sobre los empleados de la subcontratada todavía no está definido.

Parados mayores - Vuelve el subsidio a los 52 años

Esta reforma ya contaba con el compromiso del Gobierno de sacarla con o sin unos nuevos presupuestos. La cuantía recibida ronda los 430 euros al mes y Rajoy limitó su acceso a los 55 años. Sánchez vuelve a bajarla a los 52 y cambia los requisitos, ya que para cobrarla ya no se tomará como referencia la renta familiar, sino la del individuo. Según el Gobierno esta medida beneficiará a 360.000 personas y costará al año 330 millones.