La devolución a los empleados públicos de la paga extra que fue suprimida en el 2012 ha entrado ya en campaña electoral con el anuncio que ha hecho el Gobierno central. Sin embargo, la recuperación de esa paga va por barrios ya que la decisión del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de abonar antes de los posibles comicios del 26 de junio el 50% pendiente afecta únicamente a algo más de 500.000 funcionarios de la Administración General del Estado y sus organismos satélites, pero no a la totalidad de los más de 2,5 millones de trabajadores del conjunto de las administraciones en España.

ANUNCIO ELECTORALISTA

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas comunicó su decisión de abonar el 50% de la paga extra a través de una llamada telefónica que explicó posteriormente el sindicato CSIF. De forma inmediata, arreciaron las críticas de electoralismo al pagar el importe antes de una posible convocatoria de elecciones generales. Aunque el Gobierno no ha confirmado la fecha exacta del pago, desde la cuenta de Twitter del Partido Popular se asegura que será "este mes" y se presenta bajo el eslogan "Seguimos cumpliendo".

UNA MEDIDA INCLUIDA EN LOS PRESUPUESTOS

El mismo día del anuncio, los sindicatos CCOO y UGT hicieron llegar al ministerio una carta en la que exigía la devolución del 100% de la paga de forma inmediata al considerar que no estaba justificada la demora cuando el Presupuesto está en vigor desde enero pasado. "Cuesta entender que el llamado Gobierno "en funciones" no dicte la instrucción oportuna para cumplir con este compromiso adquirido con las empleadas y empleados públicos de la Administración General del Estado cuando la cantidad a restituir está consignada en los Presupuestos", indican los sindicatos. El Gobierno central blindó la devolución en el 2016 al incluir la medida en los Presupuestos Generales, aunque dejaba abierta la fecha concreta en función de la disponibilidad presupuestaria.

DEVOLUCIÓN DESIGUAL

En algunas comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones y empresas públicas ya han percibido el importe de la paga extra eliminada en el 2012 o han iniciado un calendario para llegar al 100% de la cuantía. Entre los últimos que han pagado o están a punto de hacerlo se encuentran Correos o la Comunidad Foral de Navarra. La paga extraordinaria ha generado numerosas movilizaciones y acciones como una recogida de firmas en Canarias a través de la plataforma Change.org. La devolución desigual se debe a que el decreto aprobado por el Ejecutivo central, que permitió el abono de un 25% en el 2015, solo obligaba a la propia Administración del Estado, y dejaba el retorno para la inmensa mayoría de los empleados públicos en manos de autonomías, empresas y municipios. Sin embargo, la supresión de la paga en el 2012 sí afectó a todos los funcionarios en el mismo momento.

LA GENERALITAT, LA PEOR

Los más de 200.000 empleados públicos de la Generalitat y sus empresas siguen esperando la devolución del 75% de la paga extra ya que no han percibido no siquiera el 25% que sí han recuperado los funcionarios del Estado y de muchas otras administraciones. Además, la Generalitat es una de las administraciones con más recortes ya que la paga también quedó suprimida en el 2013 y 2014, a diferencia del resto en el que lo más frecuente fue un solo año de supresión. Después de reiteradas negativas del Govern de Artur Mas a iniciar la devolución por falta de recursos, la llegada de Junts pel Sí a la Generalitat dio pie a que el Parlament aprobara una resolución que insta al Ejecutivo a devolver la primera de las tres pagas suprimidas entre el 2016 y el primer trimestre del 2018. Sin embargo, la Generalitat comunicó a principio de abril a los sindicatos que paralizaba la negociación de los plazos ante el temor a nuevos recortes impuestos por Cristóbal Montoro para cumplir el objetivo del déficit público.

CRÍTICAS Y 'MEMES' EN LAS REDES

Las críticas de electoralismo desde los partidos de la oposición y los sindicatos han dominado las redes sociales en respuesta al anuncio filtrado por el departamento de Montoro. Las críticas han llegado al nivel de 'memes' en muchos casos.