Era el gran favorito y las apuestas no se han equivocado. Luis de Guindos, actual ministro de economía español, sustituirá al portugués Vitor Constancio y se convertirá en el próximo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Aunque su candidatura no ha convencido a la comisión de asuntos económicos de la Eurocámara, la renuncia de última hora de Irlanda a presentar al gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, ha dejado el camino expédito a Guindos. Si no hay cambios de última hora en el calendario previsto, ocupará su nuevo despacho en Frankfurt el próximo 1 de junio.

“Creemos que es muy importante, dada la importancia del puesto de vicepresidente del BCE, que la decisión se adopte por consenso", anunciaba a su llegada a la reunión del Eurogrupo el ministro irlandés, Pascal Donohue. “Estoy convencido de que Guindos hará un excelente trabajo en el consejo de gobierno del BCE. Por su experiencia y cualificaciones está muy preparado para hacer ese trabajo", ha añadido el irlandés.

Con el candidato elegido, el siguiente paso ahora será obtener la ratificación en el Consejo de ministros de economía y finanzas de la UE (Ecofin) que se celebra este martes. Una vez cumplimentado este trámite, la pelota pasará al tejado del Parlamento Europeo y del Banco Central Europeo que deberán emitir cada uno un dictamen de opinión que no tiene carácter vinculante. En el caso del Parlamento, la comisión de asuntos económicos deberá volver a examinar a Guindos, esta vez de forma pública, en su reunión del 26 de febrero. El trámite parlamentario concluirá con la votación del dictamen en el pleno de Estrasburgo del 13 de marzo.

Ratificación el 22 de mayo

De ahí, la propuesta pasará al Consejo Europeo del 22 y 23 de marzo que deberá formalizar el nombramiento. Guindos ya ha prometido que dejará el ministerio antes de esa fecha lo que obliga al presidente Mariano Rajoy a buscar su reemplazo. En las primeras audiciones informales organizadas por la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo con Guindos y Lane. El pasado 14 de febrero a puerta cerrada, la mayoría de grupos políticos se decantaron por el irlandés que podría aspirar ahora a la vacante que dejará el economista jefe, el belga Peter Praet el 31 de mayo de 2019. Su ministro no ha negado el interés por el puesto. "Confío en que Lane hará un buen trabajo en Irlanda y en Europa en el futuro", ha afirmado Donohue sin despejar la inógnita

Lane es un reputado economista y doctor por la Universidad de Harvard, cuya actuación y presentación consideraron “más convincente” que la de Guindos, cuyo perfil sigue generando muchas “reservas” entre algunos grupos como los verdes y la izquierda. La Eurocámara podría utilizar este argumento para retrasar el nombramiento pero su papel en el proceso de selección, lo mismo que el del BCE -que también tiene que emitir un dictamen de opinión-, es meramente consultivo.

Recuperar la silla perdida

La nominación de Guindos, que estará en su nuevo cargo los próximos ocho años y pasará a multiplicar por cinco su salario de ministro, permitirá a España recuperar la silla en el consejo de gobierno del BCE, que perdió en 2012 cuando se terminó el mandato de José Manuel González Páramo y el Eurogrupo se decantó por el candidato luxemburgués, Yves Mersch, en vez del sustituto propuesto por el Gobierno de Mariano Rajoy, Antonio Sainz de Vicuña. “Fue un autentico disparate, un error mayúsculo. No respetar ese acuerdo en un momento donde se ponía en tela del juicio el futuro del euro fue una burrada, injusta y brutal”, recuerda un alto responsable financiero y buen conocer de la institución con sede en Frankfurt.

Se rompió entonces una regla no escrita según la cual los cuatro países grandes de la zona euro -Alemania, Francia, Italia y España- deben estar siempre representados en el directorio del Eurobanco. Con la decisión de este lunes España regresa a la cúpula del BCE que en los próximos dos años vivirá una importante remodelación de sus altos cargos, incluido el presidente Mario Draghi cuyo mandato también expira el 31 de octubre de 2019. Un cargo para el que Alemania ya tiene un halcón, Jens Weidmann, cuya elección podría volverse en contra de los intereses de los países del sur.