El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, aseguró ayer que la desaceleración económica de la zona euro que comenzó a principios del 2018 «está tocando fondo», ya que los dos principales riesgos que la amenazaban, un brexit sin acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea y una guerra comercial total entre Estados Unidos y China, «no se han materializado». La autoridad monetaria, explicó, prevé un rebote «aproximadamente» a mediados del 2020, con tasas de crecimiento que superarán el 1% y se acercarán progresivamente al 1,5%.

En un acto del Foro Nueva Economía en Madrid, insistió, como viene haciendo el BCE, en que los Gobiernos europeos que se lo puedan permitir deben aumentar el gasto para apuntalar la recuperación. «Con los tipos bajos, la política fiscal no va a provocar reducción de la demanda privada», argumentó. El resto de países, reiteró, deben reducir el déficit y la deuda para adaptarse a un futuro encarecimiento del dinero, ya que «el nivel actual de los tipos no va a estar siempre ahí».

En esta línea, defendió que la política monetaria «sigue teniendo margen» y podría reducir más los tipos o comprar más deuda, pese a las medidas adoptadas en septiembre, pero al tiempo reconoció que «se empieza a ver que los efectos colaterales empiezan a ser cada vez más importantes». También consideró que «no es lógico» que varios miembros del consejo de gobierno del BCE expresaran públicamente su oposición a las últimas medidas: «Yo no estaba al 100% a favor del paquete de septiembre, pero lo voté a favor y una vez aprobado lo defiendo». El BCE, apuntó, ha decidido «pasar página» sobre ello.

El exministro de Economía también insistió en que los bancos europeos deben reducir costes y plantearse fusiones para que su rentabilidad vuelva a superar el coste que les supone hacerse con el capital, un nivel que no cubren como demuestra que su cotización bursátil sea la mitad de su valor contable. En este sentido, se opuso a la intención de Unidas Podemos de convertir Bankia en un banco público permanente, opción rechazada por el PSOE: «Lo lógico sería acabar la privatización de Bankia, es una opinión personal y de las instituciones europeas».

Guindos, asimismo, consideró que los resultados de las elecciones británicas «son positivos en el corto plazo porque eliminan incertidumbres», al dejar claro que el Reino Unido dejará la UE el 31 de enero. Con todo, advirtió de que el periodo posterior «no va a ser fácil», porque habrá que negociar otro acuerdo comercial entre el país y el club europeo y fomentar la creación de un mercado comunitario de capitales ante la salida de la City de Londres.

Preguntado por el conflicto catalán, también aseguró como «opinión personal» que lo mejor «para la Unión Europea, España y Cataluña» es que no haya independencia.