Emmanuel Macron presentó hace dos semanas un plan histórico con el que acude al rescate de un sector clave. Para ello prometió una aportación estatal de 8.000 millones de euros. A cambio, los constructores se comprometen a relocalizar la producción de valor añadido y a mantener en las factorías francesas su producción industrial. Otra de las patas del plan es incentivar la demanda. El Gobierno dará una ayuda de 7.000 euros a los particulares para adquirir uno eléctrico y 5.000 a las empresas y corporaciones locales. Los híbridos enchufables también tendrán una prima de 2.000 euros. Y quien tenga una renta inferior a los 18.000 euros puede beneficiarse de una ayuda de entre 3.000 y 5.000 euros para cambiar un diésel o gasolina antiguo por otro más limpio (valen diésel y gasolina), nuevo o de ocasión. E. C