Son 401.300 millones de yuanes o 52.333 millones de euros para escampar una crisis. Huawei aumentó su facturación un 23% durante el semestre más delicado de sus 32 años de vida. La compañía china ha quedado atrapada en la guerra comercial que libran Pekín y Washington y recibido todos los embates de Donald Trump: una ola de insidias que la dibuja como una amenaza a la seguridad global, la prohibición de acceso a la tecnología estadounidense y la presión a gobiernos extranjeros para que se sumen al boicoteo.

Esas turbulencias «han tenido cierto impacto en nuestro desarrollo, pero su alcance y extensión son controlables», aclaró su presidente, Liang Hua. «Eso no significa que no vayamos a tener problemas en el futuro. Los tendremos y pueden afectar a nuestro crecimiento a corto plazo», añadió en una rueda de prensa celebrada en Shenzhen (provincia de Guangzhou) a la que acudió este diario.

El crecimiento fue fulgurante hasta que Trump incluyó a Huawei el 16 de mayo en la lista prohibida y más ralentizado después. No ha sido castigado el sector de las redes 5G, objeto del conflicto bilateral: once de los 50 contratos de la multinacional fueron firmados tras esa decisión. Subieron las ventas de tabletas un 10 %, se doblaron las de wearables y triplicaron las de PCs.

Y la venta de móviles, el dato más esperado, aumentó un 24%. La prohibición de utilizar el sistema Android y otras aplicaciones había generado una ola de pánico entre los usuarios con potencial catastrófico. Su fundador y alma de la compañía, Ren Zhengfei, admitió el pasado mes una caída del 40% en las ventas internacionales. También aventuró que la lista negra podría costarle a la compañía unos 30.000 millones de dólares y que los beneficios de los dos siguientes años no superaran a los 2018. Era un horizonte tenebroso para una compañía instalada en el crecimiento vertiginoso.

Pero la compañía ha recuperado el 80% del volumen de las ventas internacionales previo a la lista negra, desveló ayer Liang. Y la cifra global se explica por el espectacular comportamiento en el mercado local. El patriotismo ha empujado a muchos chinos hacia Huawei cuando la compañía era vilipendiada por Trump. Huawei ya acapara el 38% del sector de la telefonía en China, diez puntos por encima del año anterior. Es la única empresa que avanza en un mercado declinante y que ha registrado las caídas de ventas de todos sus perseguidores (Oppo, Vivo, Xiaomi y Apple).

Trump y Xi Jinping, su homólogo chino, acordaron el mes pasado una moratoria en el veto a Huawei de 90 días. La compañía ha desvelado que ha recuperado a los suministradores no esenciales pero que el Departamento de Comercio aún no ha tramitado las peticiones de los esenciales. Las tensiones comerciales enquistadas aconsejan cubrirse las espaldas y perseverar en la tecnología propia. Liang repitió ayer que la instalación en sus teléfonos de Android es prioritaria y que, solo si Washington la prohíbe, recurrirán a su propio sistema operativo y ecosistema. No quiso, sin embargo, desvelar si sus próximos terminales llegarán ya con su sistema Hongmeng. «Estamos luchando para sobrevivir y también para crecer», afirmó.