A Ikea le interesan tus muebles, siempre y cuando cumplan una serie de requisitos de conservación y se hayan comprado en la misma empresa, para contribuir a la economía circular dando una segunda vida a sus productos e identificar nuevas oportunidades a lo largo de toda la cadena de valor, desde la materia prima hasta nuevos servicios a sus clientes. El proyecto se ha lanzado como un hashtag para hacer un llamamiento a la sostenibilidad, #SalvemosLosMuebles, y ya está disponible en las tres tiendas de Catalunya (Badalona, L'Hospitalet y Sabadell) a partir de este lunes 30 de julio.

De esta manera, los muebles que se engloben en una de las categorías seleccionadas (cajoneras, mesas, sillas, vitrinas, escritorios, estanterías, armarios y cómodas) y cumplan una serie de condiciones definidas en su web podrían ser adquiridos por la compañía que, posteriormente, los venderá en la sección "El desván de las Oportunidades", ubicado en las diferentes tiendas. Las personas interesadas en participar en este proyecto pueden hacerlo mediante este enlace, donde se detalla cómo vender los muebles que aún conservan utilidad.

Salvar 2.000 euros por hogar

Con la iniciativa, Ikea quiere que sus muebles tengan el máximo de vida útil antes de caer en el desuso para siempre, en un país donde cada hogar guarda de media 2.000 euros en productos que no usan; además el 4% de los residuos que acaban en el vertedero son muebles y solo el 10% se recicla, según el European Federation of Furniture Manufactures. Respecto a esta situación, Ikea trata de dar una respuesta a las siguientes partes de la cadena priorizando el cuidar, reparar, customizar, vender, dar y reciclar.

La compra-venta es una de las principales novedades de la campaña que se ha presentado en Ikea Sabadell. Según datos de la firma, hay un 9,5% de clientes que ya vende sus muebles que no utiliza a través de portales externos.

La multinacional sueca señala que, además, tiene un acuerdo en Catalunya con la Fundació Formació i Treball para dar un fin social a aquellos muebles y textiles que no pueden ser vendidos pero pueden ser donados y utilizados una vez se han puesto a punto. En lo que va de año, esta colaboración ha evitado que 30 toneladas de muebles, textiles y colchones se conviertan en residuos y puedan ser reutilizados por familias en riesgo de exclusión social.