El 2016 está llamado a ser el gran año de las fusiones de la banca española tras años de reestructuración en un sector que ha recibido ayudas públicas de 61.500 millones de euros entre el 2009 y el 2014. Es un escenario que viene alimentado más por la necesidad acuciante de mantenerse a flote en un entorno complejo de negocio, que por la voluntad de los propios bancos agotados ya de años de crisis y reestructuraciones. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, insistió en diciembre, antes de las elecciones generales, en la necesidad de una mayor concentración en el sector bancario para hacer frente a un escenario de negocio más débil. “La vía de las fusiones no puede darse por cerrada o agotada”, afirmó Linde en un encuentro financiero organizado por la escuela de negocios IESE y la firma de servicios profesionales EY el pasado diciembre. Todos los bancos reconocieron que esta cuestión está sobre la mesa y las autoridades europeas espolean los movimientos.

Que la banca necesita concentración es un secreto a voces. Con los tipos de interés de en cero y “una recuperación económica que sustenta en un consumo mínimo de familias todavía muy endeudadas que piden crédito”, como explica el profesor del IESE Antonio Argandoña, los márgenes de la banca sufrirán mucho este año. El mismo presidente del Banco Popular, Ángel Ron, destacaba en una entrevista radiofónica hace unas semanas que las únicas vías que tienen los bancos para dar lustre a las cuentas son liberar provisiones (liberar dinero que se había guardado en la caja para hacer frente al alza de la morosidad) y seguir reduciendo costes, por lo que admitió abiertamente que el escenario de las fusiones está sobre la mesa y es inmimente. El margen para ganar competitividad por la via de los despidos y los cierres de oficinas es ya escaso después de que entre el 2008 y el 2014 el sector haya recortado su plantilla en un 25%, hasta los 208.291 empleos, y su red de oficinas en un 30%, hasta las 31.665.

Fuentes del sector bancario y de la banca de inversión confirman que en los últimos meses “todos han hablado con todos”. Esto quiere decir que se han producido reuniones entre los seis grandes(CaixaBank, Santander, BBVA, Bankia, Sabadell y Popular), incluido un encuentro entre los máximos ejecutivos de CaixaBank y Banco Popular. Pero lo que parecía un escenario inminente antes de navidad, por el que se iban a empezar a producir fusiones en el primer trimestre del año, como muy tarde en el primer semestre, ha quedado ahora congelado por el escenario político.

Fuentes de un gran banco español confirman que el escenario político resultante de las elecciones generales del 20-D ha paralizado este proceso. “No se moverá nada hasta que no esté claro el nuevo Gobierno y quién va dirigir el área económica, este tipo de operaciones necesitan interlocución con las autoridades en tanto que comportan profundas reestructuraciones”, explica un alto directivo de un los seis grandes bancos Antes de esta parálisis, el escenario de fusiones se barajaba en dos fases, incluso en tres. La primera pieza consiste en resolver el futuro inmediato de un siete entidades financieras más pequeñas, conocidas en el argot del sector financiero como los “siete enanitos” (por oposición a los “seis grandes”): Abanca, Bankinter, BMN, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank y Unicaja. El Banco de España y las propias entidades se decantan por este paso previo antes de proceder a las macrofusiones.

Dentro de este grupo, la más deseada es la zaragozana Ibercaja, por la que tienen interés tanto el Sabadell como CaixaBank, explican fuentes de la banca de inversión, pero el plan estratégico de esta entidad pasa por salir a bolsa, al igual que BMN e Ibercaja. ¿Pero será posible dar el salto al mercado con la fuerte volatilidad que sufren las bolsas y el castigo que está sufriendo el sector financiero? Esta es una incógnita por resolver y de no ser posible su salida al mercado se podría llevar a cabo una absorción de estas por parte de algunas grandes. Por el momento, BMN, que tenía previsto empezar a cotizar en el 2015 aplazó el estreno para este año.

La segunda fase del ajuste del sector financiero se completaría con posibles fusiones entre los grandes grupos, mientras que el tercero abriría la puerta a crear alianzas con entidades financieras europeas o internacionales. Al escenario de estancamiento económico en la eurozona y recuperación a medio gas en España, a la banca se le suman otras amenazas. La más inminente es la irrupción de las firmas tecnológicas en el negocio bancario, como Paypal, Google o Amazon. Este nuevo escenario puede propiciar que el muy fragmentado sector financiero europeo pueda acabar apostando por crear un grupo transeuropeo, pero no sera tarea fácil.

UN SECTOR REVOLUCIONADO

CCM fue la primera caja de ahorros que fue intervenida en España en el año 2009 en plena crisis financiera. En ese momento, el Gobierno sostenía que el sistema financiero español era el más sólido del mundo

CONCENTRACIÓN En el 2010, se inició un proceso de concentración del sector, pasando de las 45 cajas de ahorros existentes antes de la crisis financiera a 34, tras 7 fusiones y 2 intervenciones (Caja Castilla La Mancha(CCM) y CajaSur)

DESAPARICIÓN Desde marzo de 2015, solamente quedan dos cajas de ahorros (Caixa Ontinyent y Caixa Pollença), las únicas que no se vieron afectadas por la reestructuración del sector tras la crisis financiera de 2008.

ABSORCIÓN Durante la crisis las grandes entidades han movido ficha. CaixaBank se han quedado con Bankpime, Caixa Girona, Banca Cívica, Banco de Valencia y el negocio de Barclays en España. El Sabadell ha integrado la CAM y también el Banco Gallego y el Banco Guipuzcoano. El BBVA se ha hecho con dos grandes grupos en Catalunya, con Unnim (que agrupa a las antiguas cajas Sabadell, Terrassa y Manlleu) y Caixa Catalunya (Catalunya, Tarragona y Manresa). Por su lado, Bankia agrupa en su seno a Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja.

LIBRES Tras la reestructuración quedan ahora libres entidades más pequeñas que se han bautizado en jerga financiera como los 'siete enanitos': Abanca, Bankinter, BMN, Ibercaja, Kutxabank, Liberbank y Unicaja.