El gigante textil Inditex consiguió en el primer trimestre del año capear la tormenta perfecta abierta por la pandemia con pérdidas millonarias de 409 millones de euros y con la renovada determinación de acelerar la implementación de su modelo comercial que debe integrar la venta en internet con su red de tiendas.

Como consecuencia de una situación excepcional de tiendas cerradas por el estado de alarma, el grupo gallego anotó pérdidas trimestrales por primera vez en su historia: esos 409 millones de euros. Tras provisionar 308 millones, el beneficio bruto se situó en un saldo negativo de 508 millones. La comunicación de resultados trimestrales fue recibida en la bolsa con subidas por encima del 1,6% toda la jornada e interpretada como dentro de lo asumible.

Inditex redujo el 44% las ventas en el primer trimestre del año con hasta el 88% de las tiendas cerradas y sin recurrir a ningún ERTE. La facturación alcanzó los 3.303 millones de euros, gracias fundamentalmente a un incremento de las ventas online, que crecieron el 50% durante el trimestre y hasta el 95% en abril. El margen bruto se mantuvo en el 58,4% de la venta, mientras el inventario se redujo durante el confinamiento en torno al 10%.

El presidente de Inditex, Pablo Isla, ha diseñado un plan para los próximos dos años para reactivar las cuentas de la multinacional y que prevé unas inversiones de 2.700 millones de euros, destinadas a asumir los costes de reestructuración (cierre de tiendas) e implementación de las infraestructuras para reforzar los canales de comercio electrónico. Inditex prevé abrir en dos años 450 tiendas con la última tecnología de integración comercial, mientras que cerrará entre 1.000 y 1.200 tiendas de menor tamaño, que representan entre un 5% y un 6% de las ventas totales. En España, serán entre 250 y 300.