Las grandes empresas industriales catalanas están en guardia por el bloqueo de las exportaciones chinas tras el brote de coronavirus. El sector textil es uno de los más afectados pero al mismo tiempo guarda con recelo la divulgación de las consecuencias en sus cuentas. Todas las firmas del sector buscan alternativas de suministro de materias primas ante la posibilidad de un fallo generalizado de los proveedores. El presidente y fundador de la firma de moda Desigual, Thomas Meyer, aseguró este miércoles que la crisis del coronavirus es "dramática" para el sector y la economía en general ante la amenaza de que se produzca una reducción drástica del turismo, principal motor de la venta de moda.

Desigual, reconoció Meyer, compra el 50% de la materia prima de la compañía en China, por lo que los problemas de suministro de las últimas semanas, si se prolongan, pondrán en aprieto a la firma. Como consecuencia, los órganos de dirección están evaluando a toda prisa la posibilidad de trasladar parte de la producción a otros países, principalmente la India y Marruecos, o en todo caso, y como solución de urgencia, la importación de materia prima por vía aérea.

Las estrategias que discute Desigual en sus órganos de dirección también están sobre la mesa de otras firmas del sector. Es el caso de Mango. En fuentes de la multinacional descartaban el martes efectos inmediatos en la colección de la próxima temporada por la situación en China pero reconocían estar en alerta ante el riesgo de que el freno al comercio internacional se prolongue en el tiempo. Para determinadas prendas podría utilizarse también el recurso del suministro aéreo. Existe consenso en el sector textil que tres semanas de fallos de suministro pueden llegar a ser un problema.

Para el director general de la Asociación de Empresas Internacionalizadas (Amec), Joan Tristany, "en un mundo globalizado el entorno es VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad), y los problemas pueden venir por el aumento de barreras, aspectos geopolíticos imprevisibles, o incluso de un virus, como nos atañe en este momento. Las empresas pueden prepararse con sistemas de organización y gestión que les permitan ser muy líquidas. Para ello son necesarias mucha flexibilidad y adaptabilidad. La diversificación es una fórmula para controlar los riesgos. Una posibilidad para disminuir riesgos es la instalación de centros de producción en distintos lugares. De este modo, existe la posibilidad de hacer frente a situaciones inesperadas", aconseja.

Tristany, como experto en internacionalización, considera que la crisis china evidencia la necesidad de no concentrar solo en el gigante asiático las capacidades productivas, al margen de que sea ese país uno de los más competitivos en costes. Algunos economistas como el catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona Juan Tugores, apuntan a Indonesia y la India como los futuros protagonistas de esa diversificación industrial.

Mercedes Pujol, directora general de división de la multinacional de componentes de automoción Ficosa, reconoce que "el sector del automóvil es de los más globalizados en el 'supply chain'. Existen productos en los que China es la fábrica del mundo y en las empresas del sector estamos aplicando una verdadera gestión de riegos diaria para controlar la cadena de suministro y evitar paros de producción a nuestros clientes". En su opinión, "si esto se recupera pronto, no irá a mayores, pero si no se recupera pronto y no es posible desarrollar relaciones con otros proveedores entonces muchas plantas romperán estocs y tendrán que parar".

Ante la dificultad de cambiar de proveedor, la alternativa es acelerar el suministro mediante el uso del avión. Sin embargo, esa solución podría tener a medio plazo consecuencias en los niveles generales de los precios. Algunas fuentes apuntan a que el incremento de los costes frente al transporte en barco puede ser de entre el 2% y el 5% según el tipo de suministro.