La economía de Alemania y de la Eurozona sufrirá un batacazo en el 2020 para comenzar a recuperarse a partir de mediados de este año y a repuntar a inicios del siguiente. Es la conclusión a la que llegan analistas de cinco grandes institutos económicos alemanes en un informe presentado este martes. El informe que sirve de base al gobierno federal para sus propias proyecciones económicas y fiscales dibuja un evolución de PIB de los países de la zona euro en forma de V siempre y cuando las restricciones introducidas por sus gobiernos por el coronavirus comiencen a levantarse de forma paulatina partir de finales de este abril.

Según ese escenario, el PIB de Alemania caería, por ejemplo, un 4,2 por ciento en el 2020 para crecer casi un 6 por ciento el próximo año. Sería así la peor recesión de la mayor economía de la Unión Europea desde la última Gran Recesión de hace una década. Los economistas no prevén una oleada de cierre de empresas en Alemania: consideran que las ayudas, el programa de reducción de jornadas, los créditos y las garantías desplegadas por el gobierno federal lo evitarán. Todo dependerá, sin embargo, de la duración de las restricciones y del impacto del coronavirus en la actividad económica.

Estos pronósticos que ahora ofrecemos tienen probablemente un corto periodo de vida, asegura Timo Wollmershäuser, del Instituto muniqués Ifo. Si las restricciones y las medidas de confinamiento no comienzan a levantarse a partir del próximo 20 de abril el escenario sobre el que se basan las proyecciones del informe , habrá que actualizar al alza la caída económica europea. Si las restricciones se alargan cuatro semanas más allá del próximo 20 de abril, habría que sumarle una reducción del 1,5 por ciento a la recesión prevista por los cinco institutos, apunta Wollmershäuser.

AMENAZA PARA EL EURO

Pese a la caída media prevista para el PIB de la Eurozona, las perspectivas difieren mucho entre los diferentes estados que conforman la moneda común. Alemania, como apuntan los economistas y el propio gobierno federal, tiene una posición relativamente cómoda para volver a poner a funcionar su economía. La reducción de la deuda pública durante la última década una de las obsesiones de los sucesivos gobiernos de la cancillera Angela Merkel y de la ortodoxia alemana , sumada a los ingresos fiscales récord del 2019 y a la ventajosa posición que cuenta el país para financiarse en los mercados, le da a Berlín más margen presupuestario para hacer frente a la crisis con dinero público.

Las perspectivas de los economistas alemanes para la periferia de la UE es bien diferente: para el 2020 prevén, por ejemplo, una caída del PIB de Italia de casi el 10% y un retroceso de casi el 8% del PIB de España. La recesión dejará huellas en la mercado de trabajo, advierte Wollmershäuser, del Instituto Ifo. Si sus proyecciones se cumplen, los mercados laborales español y griego cerrarán el 2020 con una tasa de desempleo superior al 18 por ciento, volviendo así a cifras que se daban por superadas tras a la última recesión. El peligro de una nueva crisis de deuda es, por tanto, grande en la Eurozona.

CORONABONOS

Pese a esa advertencia, el informe de los institutos económicos alemanes no hacen referencia a los llamados coronabonos, es decir, a la emisión de deuda pública conjunta durante un periodo limitado en el tiempo que piden numerosos países de la Eurozona con España, Italia, Portugal y Francia al frente.

Los países más golpeados por la crisis, y también los que arrastran más recortes en gasto público y los que acumulan más deuda, consideran que esa mutualización supondría una señal de solidaridad comunitaria y también un mensaje a los mercados, que muy previsiblemente castigarán más a la periferia a la hora de financiarse.

Preguntado al respecto este martes, el ministro de Finanzas alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, respondió que los ministros de finanzas europeos apuesta por instrumentos de solidaridad ante la crisis del coronavirus, evitando así una referencia a la demandada mutualización de la deuda.