Carlos Ghosn sigue suponiendo un gran quebradero de cabeza para la justicia japonesa. El expresidente de la alianza automovilística formada por Renault, Nissan y Mitsubishi se fugó el pasado lunes de su residencia en Tokio, donde permanecía en libertad bajo fianza a la espera de juicio por fraude, y se refugió en el Líbano tras una breve escala en Estambul (Turquía). La Interpol cursó ayer mismo una orden de detención contra Ghosn, y la remitieron al gobierno libanés.

Al parecer, el exdirectivo contaba con dos pasaportes franceses (además de uno brasileño y otro libanés) y uno de ellos pudo haberlo utilizarlo para entrar legalmente en Líbano.

Las condiciones fijadas para su libertad bajo fianza exigieron hace unos meses a Ghosn entregar a sus abogados los pasaportes que poseía, y el jefe de su equipo legal, Junichiro Hinoraka, confirmó el martes que tenía en su poder tres pasaportes. Inicialmente, todos los pasaportes estaban en poder de los abogados, pero en mayo pasado su defensa pidió cambiar algunas de las condiciones de la libertad bajo fianza y el juez permitió a Ghosn conservar uno de los dos pasaportes franceses.

Ese documento se encontraba en una caja de seguridad en poder de Ghosn y, según las fuentes citadas por la cadena de televisión NHK y recogidas por la Agencia Efe, la llave la tenían los abogados. En declaraciones hechas el pasado martes, Hinoraka no mencionó este hecho.

ESTUDIARÁN EL CASO / Las autoridades libanesas habían emitido un comunicado hace dos días señalando que «el ciudadano entró legalmente en el país y no es necesario tomar ninguna medida o acción legal respecto a él o que sea perseguido». No obstante, tras conocerse la circular en la que se solicita la detención preventiva, el ministro de justicia en funciones de Líbano, Albert Sarhan, señaló que las autoridades judiciales competentes iban a tomar las medidas necesarias. Entre estas medidas están investigar a Ghosn y estudiar las consecuencias legales de esas investigaciones. El ministro libanés también recordó que Líbano y Japón no tienen firmado ningún tratado de extradición, por lo que se aplicará la ley libanesa y se verá el caso valorando todas las relaciones bilaterales.

Horas antes de conocerse la demanda de detención del exdirectivo de la automoción, la secreatria de estado de Economía francesa, Agnés Pannier-Runacher, señaló que «si el señor Ghosn viene a Francia, no lo extraditaremos porque Francia nunca extradita a sus ciudadanos. Aplicaremos al señor Ghosn las mismas reglas del juego que aplicamos a todo el mundo».

LA ‘VÍA’ TURCA / La fuga de Ghosn se produjo después de que éste tomara un avión privado en Tokio que hizo escala en Estambul antes de aterrizar en el Líbano. Por ese motivo, la policía turca practicó ayer siete detenciones de personas perteneciente a la empresa privada de aviación que operó el vuelo. Cuatro de ellos eran los pilotos que llevaron al directivo hasta suelo libanés.

Pese a que fue el mismo martes cuando Carlos Ghosn confirmó que había salido de Japón para escapar a la «injusticia» nipona, el directivo evitó dar pistas sobre cómo pudo llegar a Beirut. Fuentes oficiales japonesas apuntaron en ese momento carecer de registros de migración sobre su salida del país.

El exdirectivo también quiso señalar a través de sus abogados, que su familia no tuvo nada que ver en su fuga. «Mi familia no tuvo ningún papel. Ha habido especulaciones en los medios sobre que mi mujer Carole y otros miembros de mi familia jugaron un papel en mi salida de Japón. Todas estas especulaciones son falsas», explicaron los representantes del exdirectivo a petición del mismo.