Entre el 2013 y el 2017 la economía española creció el 12,7% en términos acumulados, superando así el nivel precrisis. Sin embargo, el crecimiento no fue igual para todos los colectivos y la última oleada de la Encuesta Financiera de las Familias publicada este jueves por el Banco de España señala a los jóvenes como los perdedores en este proceso de recuperación. Los hogares con cabeza de familia de menos de 35 años no han recuperado aun los niveles de renta y riqueza previos a la crisis, con implicaciones en el acceso a la vivienda, el ahorro y la financiación.

En su mayoría, la encuesta recoge datos relativos al 2017. Como esta encuesta es de carácter trienal, los nuevos datos permiten comparar las variables del 2014 con las del 2017, abarcando así lo que se podría considerar como la primera fase de la recuperación económica.

Los datos de la encuesta, además, ponen de relieve un aumento de las desigualdades en términos de renta y riqueza entre las clases más favorecidas y las de menor nivel durante esta fase de la recuperación. Fuentes del Banco de España sitúan la «excesiva dualidad del mercado trabajo» y la precariedad laboral como principales causas del empeoramiento del colectivo social más joven. Estas mismas fuentes apelan a la necesidad de un mejor funcionamiento de los mercados de alquiler y de trabajo y de la educación para lograr «un crecimiento más estable y socialmente sostenible». También sugieren tomar «la equidad intergeneracional» en cuestiones como la futura reforma del sistema de pensiones.

En particular, los datos de renta presentes en esta encuesta se refieren al 2016. En el periodo entre el 2013 y el 2016, la renta media de los hogares aumentó el 11,5% hasta situarse en 34.900 euros. Por su parte, la renta mediana subió el 9,7%, hasta los 25.600 euros por hogar (el 50% de los hogares tienen una renta por encima de 25.600 €, y el otro 50%, por debajo).

Según el Banco de España, estos aumentos implican que, tras la caída que produjo la crisis entre el 2010 y el 2013, la renta se recuperó en el 2016 hasta casi alcanzar el nivel del 2010 gracias, sobre todo, a la mejora de salarios, pensiones y prestaciones por desempleo.

Sin embargo, en el caso de los hogares con cabeza de familia menor de 35 años, la renta media aún se situaba en el 2016 el 23% por debajo de la del 2010. Algo parecido sucede con la riqueza. En el 2017 la riqueza neta media de los hogares (incluyendo también la vivienda habitual y descontando las deudas) se situó en 253.00 euros después de crecer un 0,9% desde el 2014. Los hogares con cabeza de familia menor de 35 años, sin embargo, sufrieron una caída neta media en estos tres años del 43,3%. Desde una perspectiva más amplia, este grupo demográfico también presenta el mayor retroceso de su riqueza neta media desde el 2011, del 55,7%, hasta situarse en 47.300 euros.

Los menores de 35 años son también los que acusan un mayor descenso en la vivienda en propiedad. En el 2014 el 49,5% de ellos tenía una vivienda en propiedad; en el 2017 este porcentaje bajó al 41,3%.

MAYOR DESIGUALDAD / El crecimiento del empleo en el periodo entre el 2014 y el 2017 permitió reducir moderadamente los indicadores de desigualdad en las rentas laborales. El 10% de los asalariados con más ingresos (top 10%) absorbían el 30,91% de las retribuciones en el 2014 y este porcentaje bajó algo, al 30,56%, en el 2017.

Sin embargo, si se toma en consideración la renta total (añadiendo a los salarios los ingresos de capital y las rentas empresariales), la parte correspondiente al 10% de mayor nivel (top 10%) pasó de absorber el 30,91% en el 2014 al 32,44% en el 2017. El top 5%pasó del 20,53% al 21,57% de la renta total y el uno por ciento más rico (top 1%), pasó del 7,59% al 9,04% de las rentas totales entre el 2014 y el 2017.

Según el Banco de España, «la riqueza neta evolucionó de modo más desigual que la renta, influida por la evolución negativa de la riqueza neta de los hogares menores de 35 años».