Cuando Jean-Claude Juncker compareció hace un año en el debate sobre el Estado de la Unión que abre tradicionalmente el curso político en la Unión Europea, la crisis migratoria estaba en pleno apogeo y el proyecto atravesaba por sus horas más bajas. Un año después, el presidente de la Comisión Europea admite que la situación ha mejorado muy poco. “Hace un año, ya dije que no había suficiente Europa y que no había suficiente Unión. Hemos avanzado pero sigue vigente lo que dije entonces. La Unión Europea no esta en su mejor momento y muchas cosas no han cambiado a mejor”, ha alertado ante el Parlamento Europeo, en Estrasburgo.

El debate llega en uno de los momentos más difíciles para Europa. Con la crisis migratoria sin resolver, la amenaza terrorista muy presente, la economía sin coger una velocidad de crucero y una salida británica de la UE, tras la víctoria del 'no' en el referéndum del 'Brexit', que ha dejado muchas incertidumbre sobre el futuro europeo. A esto se suma el caos político en alguno de los grandes países como España o los procesos electorales abiertos en muchos países -como Holanda, Francia y Alemania- donde los partidos de ultraderecha y movimientos xenófonos siguen cobrando fuerza.

“Algunos sospechan que nos encontramos en una crisis existencial de la UE”, sostiene Juncker lamentando que demasiado a menudo los gobiernos europeos den prioridad a sus intereses nacionales. “La integración europea no se puede hacer en sacrificio de los intereses nacionales. La UE no puede ser una fuerza de integración descolorida. Necesitamos la pluralidad europea. Por mucho que se afirme lo contrario nosotros no queremos hundir la posición nacional. No queremos destruir nada. Somos constructores natos. No queremos más Europa sino una Europa mejor. Europa no se está convirtiendo en un estado gigantesco. No queremos ser un estado unitario”, ha alertado ante el pleno.

ALERTA POR EL POPULISMO

El presidente de la Comisión Europea también ha alertado de que el populismo está abriendo grietas en el proyecto europeo -“el populismo no resuelve los problemas, los crea y por eso tenemos que defendernos”- y ha cerrado su intervención de una hora haciendo un alegato a favor de la unión y en contra de la desunión que vive la UE hoy en día. “Nuestros hijos merecen algo mejor. Una Europa que preserve su forma de vida, que los defienda y proteja. Es hora de que asumamos la responsabilidad de construir esta Europa y que la construyamos juntos”, ha asegurado entre grandes aplausos.

“Tenemos una misión y entre los pesimistas que lo ven todo negro y los optimistas que lo ven de color de rosa está la voluntad de los que no se desaniman. Apelo a esta voluntad. Hago un llamamiento para superar las diferencias. La historia no se acordará de nuestros nombres pero seremos juzgados por nuestra voluntad. No se acordará de nosotros pero sí de nuestros errores. No nos convirtamos en los culpables de errores que hayan puesto fin al sueño europeo”.

DAR LA VUELTA AL DESCONTENTO

En su discurso Juncker también ha avanzado algunas de las propuestas que presentará su ejecutivo en los próximos meses para darle la vuelta al descontento que vive el proyecto. Ha anunciado que en noviembre presentará un sistema de información de viaje, un registro de entradas y salidas al estilo del que ya tiene Estadows Unidos para saber quien quiere viajar a la Unión Europea antes de que llegue. “Cada vez que una persona entre en la UE o salga de su territorio quedará registrada la fecha, el lugar y el motivo que expliqe el desplazamiento”, ha explicado. “Necesitamos saber quien cruza nuestra frontera”, ha precisado en relación a posibles terroristas yihadistas.

Junker también se ha mostrado partidario de la propuesta francoalemana de crear un cuartel militar europeo y de un fondo para impulsar la investigación y la industria europeas, de seguir luchando contra el desencanto juvenil porque “no aceptaré que la generación de los jovenes sea la primera en 70 años que será más pobre que sus padres, y de crear un cuerpo de voluntarios europeo. Además, ha anunciado una nueva propuesta sobre roaming “en las próximas semanas” fiel a la promesa determinar contra la itinerancia y ha vuelto a alerta a Londres que sin libre circulación de trabajadores no tendrán acceso al mercado interior.