La salida de Reino Unido de la UE, el segundo contribuyente neto tras Alemania, provocará un boquete en las arcas comunitarias de 12.000 o 13.000 millones de euros anuales. Un agujero fiscal que obliga a los 27 a replantearse el futuro marco presupuestario de la UE. La Comisión Europea, que presentará su propuesta para el período posterior a 2021, admite que el agujero tendrá que taparse en parte con recortes pero presionará a los Estados miembros para que aumenten también sus contribuciones para elevar el presupuesto por encima del 1% del PIB de la UE.

"Nadie quiere pagar más y nadie quiere perder nada" pero "eso es difícil cuando un contribuyente neto abandona la UE", ha avisado el presidente Jean-Claude Juncker durante el primer seminario del año organizado en Bruselas y dedicado a la que será principal prioridad política de este 2018 además del brexit. "No crean a aquellos que dicen que no va a ocurrir. Nuestra hipótesis de trabajo es que nos abandonarán en 2019 y de aquí a entonces tendremos que encontrar la manera de reaccionar a un pérdida importante de millones", ha indicado.

A su juicio, para desarrollar políticas europeas y financiarlas adecuadamente hace falta un presupuesto superior al 1% o una taza de café por europeo al día. "Yo creo que Europa vale más que una taza de café al día", ha dicho reivindicando un presupuesto capaz de reflejar las nuevas ambiciones y objetivos de la UE. Es decir, la globalización, la seguridad interna y externa, la transición ecológica, el empleo y la defensa sin olvidarse de la política de cohesión y la agricultura.

No a recortes drásticos

Actualmente, tres cuartas partes del presupuesto se dedican a la política agrícola y la cohesión. Juncker apuesta porque en el futuro sigan siendo políticas importantes pero admite que también tendrán que apretarse el cinturón. "Habrá que reducir unas partes y dar flexibilidad a otras pero no soy partidario de grandes recortes", ha explicado.

Según su comisario de presupuestos, lo ideal sería lograr un aumento en las contribuciones de entorno al 10% para situar el presupuesto ligeramente por encima del 1,1% del PIB. Una diferencia que aspiran lograr con dinero fresco -el Parlamento Europeo reclamó en octubre un presupuesto del 1,23%- y con recortes en el gasto. "No hablo del 2% o el 3% sino del 1,1%", ha dicho Gunter Oettinger, partidario de un marco presupuestario de siete años. Según Bruselas, el nuevo presupuesto debería adoptarse antes de las elecciones europeas de mayo de 2019.