La Fiscalía de Versalles ha acusado a Ikea de espiar a clientes y trabajadores de la empresa con la ayuda de varios policías franceses y ha pedido que la multinacional sueca sea juzgada. Según ha adelantado el diario 'Le Monde', los implicados son 15, varios de ellos agentes de la policía. Se les acusa de obtener información de forma ilegal sobre posibles antecedentes penales del personal de la empresa de muebles que contrataba y de violar el secreto profesional.

Entre los implicados están los antiguos directores generales de Ikea, Jean-Louis Baillot y Stefan Vanoverbeke, además de varios policías que supuestamente consultaron el Sistema de Tratamiento de infracciones constatadas (STIC), un fichero policial en el que aparecen las personas que han cometido alguna infracción.

Datos personales

El abogado de los trabajadores de la empresa, Sofiane Hakiki, ha afirmado en declaraciones recogidas por 'Le Figaro' que sus clientes "se felicitan por la posición de la Fiscalía" y ha dicho que esperan que el juez de instrucción tramite el caso.

A pesar del alegato de la Fiscalía de Versalles, la decisión final será del juez de instrucción, que en un máximo de tres meses deberá de decidir si los acusados comparecen en el Tribunal correccional o si, por el contrario, dicta un sobreseimiento.

La polémica del espionaje que rodea a las tiendas de Ikea en Francia comenzó cuando el semanario satírico 'Le Canard Enchaîné' reveló el caso en 2012 y afirmó que la empresa pagaba 80 euros por cada consulta para poder acceder a los datos personales que les interesaban.

De momento, la filial francesa de la multinacional sueca no se ha pronunciado.