La Lavandería Troika que sacó más de 4.000 millones de Rusia entre el 2004 y el 2017, introdujo en España cerca de 400 millones de ese dinero. Pero, ¿cómo esos fondos que procedían en su mayor parte de sociedades radicadas en paraísos fiscales acabaron en cuentas de bancos españoles y no saltaron las alertas por blanqueo de capitales? La respuesta parece estar en la intervención de los bancos corresponsales: el alemán Deutsche Bank y el danés Danske Bank fueron los principales intermediarios en un gran número de esas transferencias, explican diferentes fuentes financieras. En total se realizaron más de 12.000 transferencias que fueron a parar a cuentas de ciudadanos y empresas rusas, pero también a empresas y súbditos españoles a través de sus bancos: Sabadell, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Bankinter, CAM, el propio Deutsche Bank y otros.

Sin embargo, esas transferencias que procedían del Ukio Bankas, entidad financiera lituana, que fue cerrada en el 2013 por prácticas de blanqueo, no llegaron directamente a los bancos españoles. «No hemos tenido nunca una relación de corresponsalía con ese emisor», comentan fuentes de una de las entidades españolas. «Estas transferencias proceden de un intermediario o se han producido a través de las cámaras de compensación», agregan las mismas fuentes.

INVESTIGACIÓN / Más de 889 millones de dólares procedentes del Ukio se movieron a través de cuentas del Deutsche Bank, según publicó el periódico alemán Süddeutsche Zeitung dentro de la investigación encabezada por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), junto con medios de 21 países, incluido El Periódico de Catalunya.

Prácticamente la totalidad de la banca española tiene al Deutsche Bank como banco corresponsal. El banco danés, que también está siendo investigado por las autoridades de su país, lo es en menor proporción, pero también forma parte de la red de corresponsales de las entidades españolas.

La clave es que se trata de bancos pertenecientes a la Unión Europea, con lo que según fuentes del Ministerio de Economía, se impone el «procedimiento simplificado” en las relaciones con los bancos comunitarios, aunque el dinero proceda de una entidad radicada en un país tercero. Con el procedimiento simplificado se da por sentado que es el banco corresponsal el que ha realizado el trabajo de comprobar que la procedencia del dinero es lícita. «En este caso, habrá que plantearse quién no ha hecho bien el trabajo», dicen las fuentes consultadas.

Bancos y autoridades competentes defienden que las entidades españolas siguen la legislación antiblanqueo. En este sentido, desde el Sepblac (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias), se destaca que la normativa antiblanqueo del 2010 «es de las más exigentes de Europa». Y agrega que los bancos españoles «están bien supervisados».

Las entidades locales eluden la responsabilidad con el argumento anterior, pero los bancos intermediarios tiene una visión diferente: «En el negocio de corresponsalía, los clientes de Deutsche Bank son los bancos respondedores (los de origen de la transferencia). Es, ante todo, tarea del banco respondedor verificar a sus clientes de acuerdo con las regulaciones KYC (conoce a tus clientes, por sus siglas en inglés)». La entidad financiera alemana destaca que «solo tenemos acceso limitado a la información sobre el cliente del banco respondedor».

Y agrega, finalmente, que «como banco corresponsal debemos revisar cuidadosamente a nuestros bancos respondedores. Monitorizar las transacciones que procesamos e informar de cualquier transacción sospechosa». La entidad declinó, no obstante, referirse a las operaciones concretas relacionadas con Lavandería Troika.

Es cierto que la legislación del 2010 sobre blanqueo es exigente, pero no lo era tanto en los años anteriores, cuando precisamente la lavandería rusa desplegó su orgía de blanqueo por toda Europa. Ni la normativa anterior ni el ánimo de las autoridades era tan sensible a la prevención del delito monetario en ese momento. Y en algunos casos, los propios bancos no pueden responder sobre cómo actuó en el pasado una entidad ahora absorbida. Este es el caso de CaixaBank, que contabiliza transferencias procedentes de esta trama de blanqueo por valor de 36 millones que se canalizaron a través de Caixa de Girona, integrada en CaixaBank en el 2010. Cuando se realiza un integración las cuentas se redenominan en el formato de la entidad absorbente. A través de Caixa Girona, la familia del número dos de la empresa pública rusa Rostec, Vladímir Artyakov, realizó operaciones inmobiliarias en la Costra Brava con dinero procedente del Ukio Bankas, tal como informó este diario dentro de la investigación de OCCRP.

Insisten los bancos en que su operativa ha sido siempre legal. Así lo comentan en el Santander, que recibió más de 45 millones de esta trama. «Realizamos siempre el debido análisis y comunicación de las operaciones susceptibles de tener indicios de blanqueo de capitales», comentan en la entidad financiera. Y agregan: «El Santander no mantiene ninguna relación de corresponsalía con ese banco (Ukio Bankas)».