A l igual que el teletrabajo permite a determinados profesionales abandonar el bullicio de la ciudad y escaparse al campo, también habilita a las empresas para llevarse ciertos empleos a otros países a precio de saldo.

Las empresas de recursos humanos o outsourcing que ofrecen a otras firmas deslocalizar empleos por un coste ínfimo aprovechan la pandemia para crecer. No es el único nicho de negocio con la generalización del teletrabajo. En las últimas semanas se multiplican las ofertas de empleo que exigen al candidato que aporte el equipo de trabajo.

«El teletrabajo crece en España y es una necesidad. Disminuye los costes de nómina en más de un 60% contratando empleados desde América Latina, altamente capacitados y motivados». Así comienza un correo electrónico enviado hace unos días a una empresa barcelonesa.

A la espera de que el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales consensúen la nueva ley del teletrabajo, hay empresas que aprovechan ese interregno para cargar ya no sobre la actual plantilla los costes del mismo, sino sobre los futuros candidatos. En portales de empleo como Infojobs hay ofertas de trabajo así.

«Requisitos equipo de trabajo: Ordenador completo: i3 con 4 Gb RAM, HD 128 Gb, Win 10 Actualizado, IE 11, tarjeta de sonido. Pantalla mínimo 19, recomendada 22 o 24 pulgadas, antivirus actualizado». Así lo dispone una oferta de empleo en un call center con un salario de 600 euros brutos al mes. UGT ya ha denunciado una oferta así, por entender que vulnera la obligación empresarial de disponer de los medios de producción.

El teletrabajo improvisado durante los últimos meses, con la presión de la pandemia, se alarga tras el parón veraniego. Las empresas siguen planificando, a la espera de la nueva ley que lleva dos semanas pendiente de aprobarse. Este lunes vence la vigencia del real decreto que establece el teletrabajo como la modalidad preferente para desarrollar la actividad.

Y hoy también está prevista una reunión entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales que puede ser clave para desatascar la aprobación de la ley. Uno de los elementos que frena las negociaciones es la voluntad de la CEOE de introducir una cláusula que deje en suspenso la ley si vuelve a haber un confinamiento general como sucedió en el mes de en marzo; según fuentes de las negociaciones.

A la espera de si se acaba concretando o no esa nueva normativa en el Consejo de Ministros de mañana, desde patronales como sindicatos aconsejan «prudencia» a sus afiliados al negociar acuerdos con sus trabajadores. Las nuevas condiciones pueden obligarles a renegociar algunos términos.

Desde los sindicatos tienen detectado en ese interregno dos tipos de reacciones empresariales. Por un lado, las compañías que alargan el trabajo a distancia «improvisado» y sin apenas compensación de gastos u ordenación formal. Y, por el otro, aquellas que están llamando a sus empleados a reincorporarse a la oficina a partir del 22 de septiembre. H