Su 50 cumpleaños se acercaba y la celebración, como cada año, se produciría en la Cantabria natal de su mujer, María. David Conde (Salamanca, 1970), responsable de la Dirección Territorial Este de BBVA, se trasladó desde València a la casa que la familia tiene en Heras, una pedanía de 700 habitantes, el miércoles 11 de marzo, cuando el coronavirus ya sacudía a España, pero sin llegar todavía al confinamiento. Conde, al frente de BBVA en la Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares, tenía previsto teletrabajar dos días, práctica habitual en el banco, y volver a València el domingo. Pero tres días después, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, decretó el estado de alarma y Conde ya no salió de Cantabria. «Desempeño mi trabajo con total normalidad, pero estoy deseando, tan pronto como sea posible, volver presencialmente a la Comunitat y estar cerca de mi equipo y de mis clientes», explica Conde en una entrevista telemática, la primera que concede a un medio de comunicación.

--Está usted a punto de cumplir dos años en el cargo.

-Sí, llegué en verano del 2018. El tiempo vuela. Me incorporé aquí procedente de Canarias, donde había terminado un periplo del que me sentía muy satisfecho en lo profesional y en lo personal. Mi antecesor Alberto Charro fue nombrado máximo responsable de BBVA en Uruguay. Al quedar vacante su posición, el banco pensó en mí, un hombre de la casa, de los de toda la vida. Entré como universitario en prácticas y prácticamente he trabajado en toda la geografía española. Eso se convirtió en uno de mis méritos, junto a mi voluntad y mis ganas de crecer. Si surge alguna oportunidad, te tiene que encontrar con la mano levantada.

Me propusieron asumir una dirección territorial que suponía una responsabilidad tres veces y media más grande que la que yo tenía antes, en términos de oficinas y de negocio. Dos años después, no puedo estar más satisfecho de la experiencia y de mi equipo. He aprendido mucho de ellos, de su talante.?Son gente tremendamente ilusionada con su trabajo. Y también he aprendido mucho de la Comunitat y de su economía. El emprendimiento y las ganas de hacer cosas nuevas de la gente es espectacular. Me encanta ir con mi equipo a conocer clientes, visitar polígonos y estar cerca de las start up, de todo el tejido empresarial... La verdad es que estoy muy contento.

--Esto que describe era antes de que un virus pusiera el mundo del revés. ¿Cómo lo ha vivido??

-Nuestro primer objetivo siempre fue garantizar la salud de trabajadores y clientes. Empezamos con las medidas de prevención y de contención bastante antes de que se decretara el estado de alarma. Cuando surgieron los primeros casos, el banco recomendó a la plantilla de los servicios centrales y de aquellas direcciones donde se producía la mayor concentración de empleados que se fuera a casa, en la medida de sus posibilidades.?BBVA?ya tenía el teletrabajo totalmente implantado con anterioridad. Después se decretó el estado de alarma, un viernes, y la obligación pasó a ser otra. Había que lograr que las oficinas estuvieran listas el lunes 16 de marzo, porque nos dijeron que éramos sector esencial y, por tanto, teníamos que tener abiertas el mayor número de oficinas con la menor plantilla posible.

Para que se haga una idea, en la Comunitat tenemos 225 sucursales. La mitad de ellas abrieron el día 16, pero solo con el 10% de los empleados presencialmente. El resto estaba en casa. Los clientes pudieron continuar con su operativa porque aprovechamos todo lo que habíamos hecho en los últimos diez años en transformación digital. Pusimos la tecnología a trabajar para aprovechar nuestra ventaja competitiva.

Una vez que ordenamos a los empleados, unos en casa y otros en las oficinas, nos pusimos a toda máquina. El día 16 empezamos a llamar a todos los clientes, uno por uno, para saber cómo estaban ellos y su entorno. Para contarles que estábamos en la oficina y que, si necesitaban algo, contaban con nosotros. La respuesta de la gente fue emocionante. Nos pusimos a hacer lo que se espera de nosotros porque nos lo creímos desde el primer momento. Así conseguimos otro gran objetivo, que era mantener la continuidad en el negocio.

Los bancos somos parte de la solución a la crisis y no nos ponemos de perfil. Teníamos que acompañar en todo momento a los clientes. Intervinimos con ayudas y con soluciones económicas para familias, empresas, pymes y autónomos. Queríamos que las compañías pudieran pagar sus operaciones de circulante y los consumidores fueran capaces de hacer frente a sus necesidades más perentorias. Así los flujos económicos no se cortarían.?Y prestamos apoyo especial a colectivos más vulnerables, como los pensionistas.

--¿Funcionó??¿Los clientes pidieron ese apoyo??

-Sí. Pusimos nuestra liquidez a su disposición y luego nos adherimos a las iniciativas del Instituto de Crédito Oficial y otros organismos, como?Afin-SGR en la Comunitat. Estamos muy satisfechos.?En abril se formalizaron 300.000 operaciones del sector financiero al amparo del ICO. BBVA intermedió 7.500 solo en la Comunitat.?También hemos participado en las moratorias, con una transición muy ordenada. El Gobierno decretó estas operaciones de alivio para préstamos al consumo, hipotecas o tarjetas de crédito. Nos pareció una muy buena solución y, como sector, pusimos sobre la mesa una moratoria todavía más larga, de hasta 12 meses para hipotecas y seis para consumo. También adelantamos el pago de las prestaciones de los ERTE, que han sido una de las figuras clave de esta crisis.

--En positivo, entiendo.

--Sí, es una solución transitoria que ha permitido que tanto las empresas como el empleo puedan mantenerse a flote. Ahora lo que necesitamos es que esos ERTE se reviertan. Cuando la situación sanitaria esté contenida, la demanda de estas empresas aumentará con naturalidad.

--¿Es esta una gran oportunidad para recuperar la reputación de los bancos, que salió tan mal parada de la crisis anterior??

-No creo que tengamos problemas de reputación. Le hablo no solo de BBVA, sino de todas las entidades financieras. En este momento tan trascendente nos unimos, generamos el máximo consenso y nos ponemos a ayudar. Manos a la obra todos. Por mucho que seamos competidores, estamos trabajando con una colaboración muy estrecha que contribuye a multiplicar la capacidad de respuesta ante la crisis.

--¿Cuál será el impacto económico para la Comunitat?

-Estimamos una caída del 8,3%?del PIB?para el 2020, ligeramente por encima de la media de España, que es del 8%. Para 2021, esperamos crecer un 5,7%. No es una recuperación en uve completa porque tendremos que aguardar a 2022 para volver a la normalidad. Eso no es una buena noticia en una crisis asimétrica, que afecta de forma desigual a diferentes geografías y sectores económicos.

La Comunitat está sufriendo por su dependencia del turismo, pero también tiene un sector agroalimentario muy sólido y un gran peso exportador. A corto plazo y este mismo verano, puede atraer al turista nacional. Además, las empresas valencianas han de potenciar las ventas a los mercados asiáticos. La afectación de la pandemia a la economía valenciana es clara, pero también será igual de clara la recuperación. Sufriremos menos que en la recesión del 2008, porque el empleo se está destruyendo hoy a mucha menos velocidad que el PIB, al contrario de lo que sucedía entonces. Además, las empresas y las familias están mucho menos endeudadas que hace una década, mientras que los bancos estamos en una posición mucho más sólida que en 2008. Saldremos antes de la crisis.

--¿Cómo se imagina a BBVA y a usted mismo el día después?

-En el mismo puesto, igual de ilusionado y tratando de hacer más fuerte al banco, creciendo de forma sostenible. Seguiremos apostando por el negocio digital, pero sin olvidar la parte presencial. Soy optimista e intento transmitir la pasión que siento a la gente que me rodea.