A finales de la próxima semana está previsto que vean la luz las primeras mascarillas quirúrgicas del tipo 2R (de máxima protección) que va a empezar a fabricar la empresa de material hospitalario Bexen Medical, ubicada en Hernani (Guipúzcoa) y perteneciente al Grupo Mondragón. No se trata de una producción excepcional para atender la falta de material sanitario que ha generado el covid-19, sino de la explotación de una nueva línea de negocio en una compañía que suma 42 años de experiencia en el sector médico. En breve, el made in China de las mascarillas que circulan por el país convivirá con el made in Spain.

De momento, la entidad ha cerrado un contrato con el Gobierno para poner a disposición de las autoridades sanitarias 60 millones de mascarillas en seis meses, a razón de 10 millones por mes, pero sus intenciones son seguir fabricando y vendiendo en el futuro este protector, que seguramente tendrá una gran demanda tras el confinamiento. «No es una adaptación de nuestra actividad, sino una ampliación. La fabricación de mascarillas será una producción adicional que se añade a las líneas que ya teníamos», explica Carlos Arsuaga, director general de la compañía.

La vocación de permanencia de esta nueva actividad lo prueba la inversión llevada a cabo para ponerla en marcha (1,2 millones). A bordo de varios camiones del Ejército, llegaban el pasado lunes a las instalaciones que Bexen Medical tiene en la localidad vizcaína de Etxebarría las tres máquinas que fabricarán las mascarillas, después de aterrizar en el aeropuerto de Torrejón (Madrid) procedentes de China. Una cuarta máquina, similar a estas y valorada al igual que ellas en 400.000 euros, ha quedado instalada en la Unidad de Farmacia que el Ejército tiene en Burgos para sumarse a la producción de mascarillas.

Bexen Medical lleva cuatro décadas suministrando a los hospitales de todo el país sondas, jeringas, bolsas parenterales y otros elementos, pero ni fabricaba mascarillas ni disponía de medios técnicos para elaborarlas. Ahora, sí.