No hay prisa. Cristóbal Montoro, el que fuera ministro de Hacienda con Mariano Rajoy, pero también con José María Aznar, dejó el año pasado Presupuestos del Estado para tiempo. O eso es lo que parece. Los del 2018, acordados por el PP con Ciudadanos antes de que prosperara la moción de censura que dio el Gobierno a Pedro Sánchez, han acabado sirviendo para el 2019 y, al paso que vamos, durarán unos meses más del 2020. El rechazo de ERC al proyecto acordado entre los socialistas y los podemistas desembocó en las elecciones de abril pasado y, en cierto modo, por extensión, en los segundos comicios el 10 de noviembre (10-N) y en el endiablado mapa parlamentario que surgió de todo ello.

Por rápido que se constituya un Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos, si es que se logra desbloquear la situación política, la tramitación parlamentaria hará que las nuevas cuentas públicas no entren en vigor hasta la primavera próxima, como mínimo. Regirán, por lo tanto, a través de una nueva prórroga, las elaboradas por Montoro, un ministro que acumulará 16 ejercicios presupuestarios a sus espaldas. Y serán las más longevas de la democracia. Solo Cataluña, donde se opera con los presupuestos del 2017, superan este récord.

Quizá, por todo ello, el exministro se ha prodigado tanto durante los últimos días en medios de comunicación. Pero no ha sido para avalar las tesis de su partido, liderado ahora por Pablo Casado, sino para cuestionarlas veladamente. Montoro no solo ve la economía española sólida, algo que torpedea los mensajes de la cúpula popular, que blande el fantasma de la crisis, sino que considera que es un engaño afirmar que se pueden bajar todos los impuestos sin provocar debacles financieras.

Eso es algo que no lo defiende precisamente la coalición socialista-podemista, que quiere instaurar nuevas figuras tributarias como la tasa Google y subir el impuesto de sociedades a las grandes compañías y quizá también el IRPF a las mayores rentas; sino los populares.

A ver si va a acabar resultando que la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, tenía razón al acusar a Montoro de ser un socialdemócrata infiltrado en el PP. Seguro que no lo es, pero lo que sí ha sido muchos años es ministro de Hacienda y sabe que bajar impuestos no siempre aporta más recaudación, como afirman los ultraliberales. Basta con echar mano de la historia y las rebajas tributarias del presidente de EEUU Ronald Reagan en los años 80. A esa etapa le siguió otra en la que Estados Unidos batió todos los récords de déficit y deuda pública. Buen aviso para el futuro gobierno que vaya a constituirse en España.