La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sancionado a Telefónica con 8,5 millones de euros por incumplimiento de las obligaciones regulatorias que tiene establecidas como operador con poder significativo de mercado al presentar una oferta «irreplicable» para sus competidores. El caso se remonta al año 2015, cuando Telefónica se presentó a un concurso convocado por el Gobierno vasco y logró, ya en enero del 2016, parte del contrato para la prestación de servicios de telecomunicaciones para diversos edificios de la administración autonómica, según informó ayer el organismo.

Antes de la adjudicación, el operador vasco Euskaltel denunció ante Competencia que la oferta económica presentada por Telefónica no era replicable por un hipotético operador de empresas atendiendo principalmente a las condiciones reguladas de los servicios mayoristas que los operadores contratan a Telefónica. Euskaltel había sido prestador del servicio al Gobierno vasco durante 14 años.

La CNMC ha concluido que la oferta económica de Telefónica para parte de ese concurso no es replicable por un operador eficiente y generalista con red propia desplegada como Euskaltel, es decir, que ese operador obtendría una rentabilidad negativa al prestar los servicios incluidos en la oferta de Telefónica mediante el uso de las ofertas mayoristas disponibles. Telefónica incurrió, según la CNMC, en una práctica de «irreplicabilidad económica». De acuerdo con las obligaciones impuestas a Telefónica derivadas de su posición como operador con poder significativo de mercado, la compañía tiene prohibido llevar a cabo prácticas anticompetitivas, como reducciones de precios contrarias a la regulación sectorial.

La conducta de Telefónica ha sido tipificada como una infracción administrativa «muy grave y de carácter doloso», pero la sanción se ha reducido en un millón al no haber reincidencia. Telefónica recurrirá la sanción.