Google y su filial Youtube tendrán que pagar una multa «récord» de 170 millones de dólares (155 millones de euros) según el acuerdo alcanzado para resolver las alegaciones presentadas por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) y por el Fiscal General de Nueva York que indican que el servicio para compartir vídeos recopiló ilegalmente información personal de niños sin el consentimiento de sus padres.

El acuerdo, anunciado ayer, requiere que Google y YouTube paguen 136 millones de dólares a la FTC y 34 millones al estado de Nueva York por violar la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Internet (COPPA, por sus siglas en inglés).

Esta multa de 136 millones es la cantidad más grande que la FTC ha impuesto en este ámbito desde que el Congreso de EEUU promulgó la ley en 1998.

La administración alega que YouTube recopiló información personal de «espectadores de canales dirigidos a niños» sin el consentimiento de los padres utilizando cookies, que rastrean comportamiento del usuario en internet.

«YouTube promocionó su popularidad entre los niños a posibles clientes corporativos», denunció el presidente de la FTC, Joe Simons. En particular, el canal de vídeos de Google se dirigió a conocidas firmas de juguetes como Mattel o Hasbro para presentarse como el «sitio web líder para niños de entre 6 y 11 años».

YouTube dijo ayer que está tomando medidas para el cumplimiento de las normas.

En Irlanda / La multa impuesta por la Comisión Federal de Comercio es solo un contencioso más de los múltiples que afronta Google a uno y otro lado del Atlántico, casi siempre por cuestiones relativas a protección datos o abuso de posición dominante y competencia desleal.

Ayer también se conoció una investigación en marcha sobre por parte del regulador irlandés de datos para averiguar si Google estaría utilizando páginas web ocultas para dar datos personales de sus usuarios a los anunciantes, según el diario Financial Times.

La investigación se centra en comprobar si Google está utilizando datos de los usuarios como la salud y las tendencias políticas de estas personas para elegir qué anuncios aparecen a los internautas al navegar por la web.

El jefe y responsable de políticas en el buscador Brave, Johnny Ryan, dijo que descubrió estas páginas ocultas cuando intentaba conocer cómo sus datos estaban siendo utilizados por Google.

Ryan encontró que Google le había etiquetado con un rastreador que entregaba sus datos a una tercera empresa que se había identificado en una página oculta. Esta página no mostraba ningún tipo de contenido más allá de la dirección que correspondía con la actividad en internet de Ryan.

«Esto significa que Google crea una página que el usuario no ve, una página en blanco, sin contenido, pero que permite que terceras compañías espíen al usuario», explicó Ryan sobre una práctica que podría otorgar una ventaja competitiva a Google a la hora de colocar anuncios.

El diario estadounidense The Washingon Post por su parte, ha publicado que un total de 30 fiscales generales de otros tantos estados norteamericanos preparan una investigación contra Google que se anunciará en breve.