Naturgy, la antigua Gas Natural, finalizó el 2018 con unas pérdidas de 2.822 millones, debido a la depreciación de sus centrales de generación de electricidad tradicionales por valor de 4.851 millones en el primer semestre del año.

En una comunicación a la CNMV, la compañía ha precisado que, sin tener en cuenta ese ajuste contable, habría obtenido un beneficio de 1.245 millones de euros, un 57% superior al resultado neto ordinario del ejercicio precedente.

La compañía, al frente de la que está como presidente ejecutivo desde hace un año Francisco Reynés, cerró el ejercicio con un beneficio bruto de explotación o Ebitda de 4.019 millones de euros, un 3% superior al del 2017, aunque la multinacional matiza que, en términos ordinarios, el Ebitda habría alcanzado los 4.413 millones, un 11,8% más.

Además del ajuste del valor de los activos, bajo el mandato de Reynés se aprobó elevar el dividendo hasta el 2022 casi el 60%, hasta 1,59 euros por acción, dentro del nuevo plan estratégico de la compañía.