Coronavirus aparte, el sector del automóvil se mantiene en una difícil encrucijada. El brexit y sus consecuencias industriales es uno de los muchos frentes de preocupación. Muchos fabricantes están renunciando a la isla británica y esperan a las negociaciones para ver cómo solventarán su futuro. En ese contexto, Nissan quiere tomar la delantera y mantener su poder en Inglaterra, un mercado que no le acaba de funcionar mal. No sucede lo mismo en Japón, donde las ventas de Nissan cayeron el 27% en febrero, aunque el mayor batacazo fue en China con un descenso del 80%. Los analistas culpan, obviamente, al coronavirus.

En Europa, la firma japonesa tampoco anda muy bien que digamos, aunque el descenso en los primeros meses del año solo fue del 4,1%, tras la caída del 16% en el 2019. A la espera de los datos de cierre de febrero, no parece que el asunto vaya a mejorar. Todo eso en un año crucial para Nissan en el que debe (además de su reorganización y recorte de costes) afrontar la renovación de sus modelos clave en el mercado de Europa: el Qashqai y el X-Trail.

Mercado complicado / La marca japonesa mantiene su plan de inversiones previsto en la planta británica de Sunderland, donde se produce el Qashqai y también el nuevo Juke. Los 60 millones de euros para la nueva línea de prensas de estampación entran en los 462 millones destinados al nuevo Qashqai que llegará al mercado en el 2020 y dentro de los 1.156 millones que se asignaron hace cinco años en su plan estratégico para la fábrica inglesa.

La apuesta por Inglaterra, pese a los condicionantes que puede suponer el brexit parece una jugada in extremis desde Japón para afianzarse en un mercado que para Nissan cayó menos que en el resto de Europa. Giualuca de Ficchy, presidente de Nissan en Europa, ha reiterado que de las negociaciones y acuerdos que salgan del brexit dependerá el futuro de la marca en Europa a nivel industrial.

La paulatina retirada de la apuesta industrial de un gran competidor en Inglaterra, el grupo PSA (Peugeot, Opel, Citroën y DS), que fabrica el Astra Tourer bajo la marca Vauxhall en la planta de Ellesmere Port (norte de Inglaterra), puede favorecer a Nissan. En el horizonte de lo que parece una muerte anunciada está que Opel producirá todos los Astra en Russelsheim (Alemania) en el 2021.

Cara y Cruz en España / Con la entrada del nuevo Qashqai habrá un hueco de oportunidad para varias de las plantas españolas de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi. En Valladolid se ensambla el propulsor de gasolina de 1,5 litros (o un derivado de este) que equipará el Qashqai con la tecnología e-Power (hibridación) en el 2021, tras la renuncia al diésel. También es una ventana para la planta de Cantabria, que proporciona discos de freno y manguetas del cambio.

Mientras, en el horizonte de la incertidumbre navegan dos plantas de la firma de automóviles japonesa en España. En Barcelona, en mayo la fábrica se quedará al 20% de su capacidad productiva, con una inversión pendiente de materializar de 70 millones de euros para la nueva nave de pintura. El coronavirus les ha jugado, además, una mala pasada.

Por otra parte, Nissan ha acordado parar la planta de Ávila aplicando un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo) desde hoy por la crisis del coronavirus. Cuenta con 200 trabajando, ya que el resto, hasta los 451, se encuentran en un ERTE.

Ford también cerrará la fábrica de Almussafes (más de 7.000 personas) una semana, desde hoy, para prevenir la expansión del virus. La firma toma esta decisión después de confirmar tres contagios en sus instalaciones.