Volkswagen sigue pecando del mal deWinterkorn. La obstinación de la compañía en tratar a los consumidores europeos como clientes de segunda frente a los de Estados Unidos en la búsqueda de una solución para la trampa que había instalado en sus motores puede costarle muy caro a la multinacional alemana. Tal como han advertido los auditores, las incertidumbres abiertas pueden elevar las provisiones mucho más allá de los 16.200 millones consignados hasta ahora.

Winterkorn, el anterior presidente del comité ejecutivo de Volkswagen que no aguantó ni una semana del 'dieselgate', fue víctima de su arrogancia y de los malos consejos y malos cálculos de su corte de directivos, que poco menos que defendieron no hacer nada frente a la trampa descubierta en EEUU ante la creencia de que Volkswagen podría hacer frente a unos costes moderados, de unas decenas de millones, con sus beneficios récord.

Esa actitud cicatera y equivocadamente a la defensiva me recuerda mucho a la que tiene ahora el sucesor de Winterkorn, Matthias Müller, y su casi nueva cúpula directiva. En EEUU han tenido que pasar por el aro del Gobierno y de los consumidores y asumir compensaciones que incluyen la recompra del coche si así lo quiere el cliente. En Europa, en cambio, Müller y los suyos siguen especulando con el regate en corto a la espera de que soplen vientos más favorables.

Para empezar, la recompra no se contempla en Europa porque un filtro milagroso y una reprogramación del software solucionan el problema y permite cumplir con un nivel de óxido de nitrógeno más alto que en EEUU, según Volkswagen. A parte de eso, los clientes europeos solo recibirán disculpas de los directivos. No habrá ninguna compensación. Por eso, organizaciones de consumidores como la OCU preparan demandas colectivas contra Volkswagen.

REVISIÓN VOLUNTARIA EN ESPAÑA

Pero además, el grupo intenta reducir su factura haciendo que la revisión de los 11 millones de coches trucados sea voluntaria en el máximo número de países en los que el marco normativo lo permita. Excepto en Alemania, donde el Gobierno ha forzado a Volkswagen a una llamada a revisión obligatoria. Todo ello en lugar de ser la propia VW la que se anticipe y dé un paso al frente pidiendo a todos los gobiernos la revisión obligatoria, puesto que en definitiva se trata de solventar los problemas causados por un fraude de la marca en todas las pruebas de homologación de sus modelos en todos los países.

España es uno de esos países en los que la revisión de los vehículos de VW es voluntaria porque el Gobierno así lo ha querido. Sin embargo, esta estrategia del grupo alemán puede tener los días contados si los numerosos jueces que tienen en sus manos denuncias de usuarios en múltiples países fallan contra la empresa y contra los gobiernos y obligan a la revisión obligatoria o, incluso, a compensar a los estafados con una indemnización o la recompra de su coche. El tiempo y los tribunales lo dirán.