El director general de la organización de países desarrollados OCDE, Ángel Gurría, saludó este miércoles la actitud de la nueva administración de EEUU, con Joe Biden, de participar en los trabajos para lograr un acuerdo internacional sobre una la fiscalidad de las multinacionales "a mediados del 2021", según a meta revisada en octubre pasado.

El llamado 'Marco Inclusivo sobre BEPS' (Erosión de la base imponible y traslado de beneficios, por su sigla en inglés) de la OCDE celebra este miércoles y jueves su 11 reunión plenaria en París, con la participación virtual de su 138 estados miembros y el objetivo de impulsar los trabajos de la nueva fiscalidad de las multinacionales en el primer semestre de este año. Los trabajos incluyen la asignación de un porcentaje de beneficio de las multinacionales a cada uno de los países donde operan para compensar los efectos de la deslocalización (pilar 1) y la introducción de un impuesto mínimo sobre ellas (pilar 2). "El objetivo es que paguen su parte, lo que les corresponden, ni más ni menos" dijo Gurría para resumir el propósito de unos trabajos que ocupan a la OCDE desde el 2010, por encargo del G-20. Según las estimaciones de esta organización, "unos 240.000 millones dólares se pierden cada año en impuestos por culpa de estas prácticas de erosión de bases imponibles y traslado de beneficios".

Tras las dificultadas puestas por el expresidente Donald Trump al avance de los trabajos, Gurría expresó que las recientes palabras de la nueva secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, "constituyen una música que trae mucho placer para nuestros oídos". Gurría se refirió a la comparencia de Yellen en el Senado esta semana, donde dijo que "los EEUU están comprometidos con el esfuerzo multilateral cooperativo para tratar la erosión de las bases imponibles y el traslado de beneficios mediante el proceso OCDE-G-20 y para seguir trabajando para resolver las controversias de fiscalidad digital en este contexto".

El director general de la OCDE apuntó que ya hay 40 países (España, entre ellos) que han aprobado o están preparando "medidas concretas para implementar un impuesto sobre servicios digitales", que es uno de los aspectos que incluyen los pilares 1 y 2 de los trabajos en macha. "Si lo hacen de forma individual, tendremos represalias y una tensión fiscal que se volverá tensión comercial y tal vez en una guerra comercial en un momento en que lo que necesitamos es lo contrario, trabajar y colaborar para planificar una recuperación", dijo. La mayoría de los países --como España, Francia o Reino Unido-- han indicado que cuando se logre una solución multilateral basada en el consenso eliminarán sus propias iniciativas. Por eso Gurría urgió a alcanzar un acuerdo lo antes posible y a aprovechar el cambio de actitud anticipado por el nuevo Gobierno de los EEUU. "No podemos seguir esperando para siempre", añadió.

En octubre, la OCDE lanzó algunas propuestas para el desarrollo de la nueva fiscalidad al tiempo que retrasó de finales del 2020 a mediados del 2021 el objetivo de un acuerdo.Tras ello, el grupo de trabajo recibió propuestas de agentes públicos y privados que aún están siendo examinadas para su posible encaje en la propuesta que la OCDE prevé lanzar de cara a lograr un acuerdo.

En la que seguramente será su última intervención en el "Marco Inclusivo BEPS", Ángel Gurría (que debe dejar la dirección de la OCDE este año) también apremió a lograr un acuerdo internacional para una nueva fiscalidad sobre las emisiones de CO2 y los combustibles más contaminantes. "Hay que crear un precio bien grande y gordo (sobre las el carbono) y ponerle un impuesto bien grande y gordo. Es la forma más efectiva de luchar, creando incentivos para reducir las emisiones", sentenció.