La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acaba de sumarse a otros foros financieros internacionales que ven en el panorama político catalán un foco de inestabilidad susceptible de lastrar el crecimiento de la economía española.

En su último informe de perspectivas, presentado este martes, el organismo con sede en París subraya que "las persistentes tensiones políticas en Catalunya", además de haber aumentado la incertidumbre, "podrían reducir considerablemente la confianza de consumidores y empresas ralentizando la demanda interna más de lo previsto".

La institución presidida por Ángel Gurría prevé que en 2018 y 2019 se mantenga el crecimiento de la economía española, pero a un ritmo más moderado que este año. Su pronóstico es que el PIB crezca en el 2017 el 3,1%, tres décimas más de lo que preveía el pasado junio y cuatro por encima de los cálculos del Gobierno remitidos a Bruselas.

En el informe elaborado por los expertos de la OCDE se atribuye la recuperación a una pauta de crecimiento más equilibrada que la existente antes de la crisis y al tirón de la demanda, tanto interna como externa.

Desaceleración

Sin embargo, el próximo año comenzará la desaceleración. La OCDE augura un PIB del 2,3% en 2018 y del 2,1% en 2019 por una menor demanda interna. En todo caso, como seguirá creándose empleo y las condiciones de financiación seguirán siendo favorables, eso contribuirá a mantener el consumo privado y la inversión empresarial.

El paro irá reduciéndose paulatinamente, pero seguirá estando por encima de la media de la zona euro. El año se cerrará con un nivel de desempleo del 17,2% que será del 15,4% en 2018 y del 14% en 2019, según el pronóstico que hace la OCDE.

Como es habitual, el club que reúne a los países más desarrollados recomienda a España seguir adelante con las reformas estructurales, que considera “clave” para mantener el crecimiento y rebajar la deuda.

El Gobierno no debería desviarse de sus objetivos fiscales a medio plazo y tendría que reducir las diferencias en términos de coste laboral de los contratos fijos y los temporales.

La OCDE subraya que convendría eliminar la dualidad del mercado laboral y aumentar el empleo de calidad que se deterioró durante la crisis. Y alerta de que el nivel de desempleo sigue siendo especialmente alto entre jóvenes y parados de larga duración.

Entre las amenazas externas que percibe, menciona el impacto del Brexit, mayor de lo previsto, y una tendencia proteccionista en el ámbito del comercio internacional. La otra cara de la moneda es que la demanda interna puede resistir mejor de lo esperado y que la europea podría alimentar las exportaciones y contribuir a un mayor crecimiento de la economía española.

Preocupación del FMI y del BCE

El pasado mes de octubre, el Fondo Monetario Internacional también mostró su preocupación por el daño que el pulso soberanista en Catalunya podría causar en la economía española. En su informe anual advertía de que las tensiones prolongadas y la incertidumbre podrían hacer mella en las decisiones de los inversores.

Otros organismos y agentes económicos, como el Banco de España, el Banco Central Europeo o las agencias de calificación Standard & Poor’s y Fitch y los bancos de inversión Goldman Sachs o J.P. Morgan, han puesto igualmente de relieve este riesgo para el crecimiento.