La organización de países desarrollados OCDE elevó el miércoles pasado una décima su previsión de crecimiento de la economía española para el 2016 (hasta el 2,8%) al tiempo que ha rebajado dos décimas, hasta el 2,3% la del 2017. Así, el organismo que dirige Ángel Gurría parece haber tomar la avanzadilla de una tendencia que trae más optimismo para este año y más pesimismo para el 2017 y que podría instalarse en algunos analistas españoles tras un primer trimestre en el que el crecimiento del PIB sorprendió al alza incluso al mismo Ejecutivo.

La misma tendencia (al alza para el 2016 y a la baja para el 2017) fue marcada el jueves por el Banco Central Europeo (BCE) para el conjunto de la zona euro. El BCE ha elevado una décima, hasta el 1,6% su previsión del 2016, tras haberla bajado en diciembre, al tiempo que mantiene la del 2017 en el 1,7% para la zona euro.

EL ENTORNO DEL 3%

“El fuerte crecimiento en el arranque del año no parece ser transitorio”, valoran los expertos de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Según sus estimaciones, los indicadores adelantados de actividad de abril y mayo, junto a los relativamente buenos registros del mercado laboral, apuntan a un crecimiento del 0,7% en el 2T16. Esta proyección coincide con la recientemente actualizada por la Autoridad Fiscal Independiente (AIReF).

“Con los dos primeros trimestres del año en tasas de crecimiento de esta magnitud, y dada la información estadística disponible, resulta un momento adecuado para hacer una revisión de nuestras proyecciones económicas”, avanza el último informe macroeconómico de AFI. Así, plantea elevar la previsión de crecimiento para el 2016 “hasta el entorno del 3,0%”, al tiempo que corrige en una décima a la baja el de 2017, que se situaría en 2,2%.

OPTIMISMO DEL GOBIERNO

El Programa de Estabilidad remitido por el Gobierno a Bruselas el 29 de abril rebajó del 3% al 2,7% su previsión de crecimiento para el 2016 y situó la del 2017 en el 2,4% (frente al 3% previo).

Sin embargo, tras conocer que la economía española creció en el primer trimestre el 0,8% en tasa trimestral y el 3,4% en tasa anual el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, ha vuelto a recuperar su previsión del 3% aunque no va a ser incorporada al cuadro macroeconómico oficial. La Comisión Europea (que prevé el 2,6% para este año) ha estrechado su vigilancia sobre España y, de alguna manera, le ha impuesto construir su política presupuestaria sobre un escenario muy prudente.

En su última edición del 12 de mayo, el Panel de Previsiones que elabora la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) a partir de las estimaciones de 17 servicios de estudios conservó sus previsiones de crecimiento para este año y el próximo en el 2,7% y el 2,3%. Una posible tendencia al alza de las previsiones del 2016 podría aparecer tal vez en la edición del panel de junio. De momento, las estimaciones de los 17 servicios de estudios se mueven en una horquilla de entre el 2,5% y el 2,9% para el 2016 y de entre el 1,8% y el 2,7% para el 2017.

ANÁLISIS CONTRARIO

No obstante, algún servicio de estudios se ha pronunciado en sentido contrario a la tendencia proyectada por la OCDE. El Instituto Flores de Lemus ha revisado esta semana una décima la baja su previsión para el 2016, hasta el 2,7%, mientras mantiene en el 2% la del año próximo.

Este servicio de estudios de la Universidad Carlos III coincide en que el crecimiento del PIB español en el primer trimestre del año (0,8%) superó las expectativas. Los bajos precios de los carburantes, la rebaja fiscal y la creación de empleo impulsaron el consumo privado al tiempo que el consumo público avanzó el 0,8%. “A consecuencia de lo anterior el crecimiento para la economía española en 2016 se habría podido situar muy cerca del 3%”, afirma el Flores de Lemus en su último informe. Sin embargo el peor comportamiento del sector exterior le han llevado a enfriar sus perspectivas.

Con estos argumentos conecta el servicio de estudios de Bankia. “Aunque se debe valorar positivamente el comportamiento de la economía española en un primer trimestre del año en el que la confianza de los agentes se redujo por las dudas sobre la solidez de la recuperación global, la “calidad” del crecimiento ha empeorado”, afirman en su comentario macroeconómico. “En este sentido, una vez pasado el verano, podríamos ver una reducción de alguna décima en el crecimiento, que no impediría cerrar el año con un ritmo de avance medio en torno al 2,8%”, una décima por encima de la previsión oficial del Gobierno, en todo caso.