La OPEP se inclina este jueves por un recorte drástico de la oferta de petróleo de un millón y medio de barriles diarios (mbd) por el impacto del coronavirus, pero para ello quiere la cooperación de Rusia, que hasta ahora se niega.

En la reunión extraordinaria que mantienen en Viena, los ministros del sector de los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) manejan esa cifra como posición común para el encuentro de mañana con sus homólogos de los diez productores independientes aliados, entre ellos Rusia.

Las señales de que la OPEP busca un recorte mayor del esperado ha tenido ya un impacto al alza sobre el precio del crudo.

En diciembre pasado, el grupo de 23 naciones decidió profundizar en 2020 en 0,5 mbd, hasta los 1,7 mbd, el recorte de suministros vigente, a lo que se sumaron otros 400.000 bd que retiró voluntariamente Arabia Saudí, con el fin de apuntalar los "petroprecios".

"Está claro que esa decisión mejoró el sentimiento de los mercados (petroleros) en las semanas siguientes", resaltó hoy el presidente de turno de la OPEP y ministro argelino de Energía, Mohamed Arkab, al inaugurar la conferencia, a la que se impidió la asistencia de periodistas para evitar posibles contagios.

Pero la recuperación del valor del barril se revirtió ya en enero por el brote de Covid-19, que está desacelerando la economía mundial y la demanda petrolera, recordó.

Para los productores de crudo, la situación presenta un desafío sin precedentes que "requiere de una acción concertada" de todos, subrayó Arkab.

Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de "oro negro" y líder de facto de la OPEP, lleva semanas presionando a favor de que, al recorte del bombeo total de 2,1 mbd, la OPEP+ retire ahora al menos otro millón de bd para hacer frente a la fuerte caída del consumo de combustibles, sobre todo en China, mercado clave para la mayor parte de los socios de la organización.

Mientras que un comité técnico interno había recomendado el martes un volumen de entre 0,6 y 1 mbd para el recorte, ayer, en una sesión del mismo órgano a nivel ministerial, los delegados de la OPEP habrían presionado por una reducción entre 1,2 y 1,5 mbd, según diversas fuentes que pidieron el anonimato.

Pero hallaron el tenaz rechazo de Rusia y Kazajistán, los mayores productores entre los aliados independientes, favorables a mantener sin cambios los recortes acordados en diciembre y extender su validez hasta finales de 2020, con la posibilidad de revisarlos en junio, cuando la OPEP+ tiene programado volver a reunirse.

Moscú ha mantenido así la postura defendida ya el pasado mes, cuando pidió más tiempo para evaluar el impacto de la epidemia de coronavirus.

A diferencia de Riad, cuyo presupuesto necesitaría un valor en torno a los 70 dólares para el barril de crudo, el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró recientemente que su país puede vivir con el actual nivel de precios, en torno a los 52 dólares.

Las reuniones vienesas de los productores no solo están totalmente marcadas por el efecto negativo de la propagación del coronavirus en la demanda de crudo, sino también por el temor al contagio de la enfermedad.

Siguiendo instrucciones de las autoridades sanitarias de Viena, la conferencia de la OPEP tiene lugar con el mínimo número de delegados, quienes deben someterse a un control de la temperatura antes de acceder a la reunión, mientras que a la prensa se le ha vetado la entrada a la sede de la organización.