Establecer un impuesto sobre determinados servicios digitales a nivel nacional como propone el Gobierno- creará barreras de entrada al mercado para 'start-ups' y pymes y repercutirá de forma negativa en los consumidores al resultarles más caro acceder a los servicios de las plataformas digitales, según un estudio elaborado por la Global Digital Foundation y presentado este jueves por la patronal tecnológica Ametic.

La conocida como 'tasa Google' que pretende sacar adelante el Gobierno de España, si no llega a un acuerdo en el seno de la OCDE o de la Unión Europea, gravará con un 3% los ingresos de plataformas de publicidad 'online' y venta de datos. Un gravamen que las grandes tecnológicas como Amazon, Google o Facebook podrían repercutir en el precio final a las pequeñas empresas, autónomos, usuarios, organizaciones sin ánimo de lucro u organismos públicos que utilizan estas plataformas, según el estudio.

Para el director ejecutivo de la Global Digital Foundation, Paul MacDonnel, el impuesto que propone desde el Gobierno español, pero también desde otros países como Francia o Italia es "discriminatorio" al basarse en la facturación y no en los beneficios. "No tiene sentido poner a las grandes tecnológicas un impuesto diferente que al resto de sectores porque eso provoca que estas lo terminen repercutiendo en el usuario final", explicó Paul MacDonnell en la presentación del estudio.

El informe de la Global Digital Foundation no establece cantidades, pero un estudio anterior elaborado por la consultora PwC por encargo de las patronales Ametic y Adigital señaló que la 'tasa Google' supondrá un perjuicio para los consumidores de hasta 665 millones de euros y de entre 450 y 562 millones de euros para las empresas usuarias del servicio.

Según MacDonnel, los legisladores focalizan "los rasgos negativos más que los rasgos positivos" de las plataformas digitales. Así, el director de la Global Digital Foundation asegura que "no hay evidencia" de que las empresas digitales evadan más impuestos que las tradicionales y señala que las tasas efectivas de impuestos corporativos que pagan las empresas del sector tecnológico "están por encima del 26%", mientras que las tasas efectivas del sector bancario se sitúan "por debajo del 20%".

"Los países hacen esto porque la tecnología le da miedo a nivel político, económico y tecnológico", agregó el experto, que califica el impuesto digital como un "impuesto a la innovación". "Es como si alguien inventa la electricidad y el Gobierno decide ponerle un impuesto mayor porque es algo moderno y nuevo, no tiene sentido hacerle pagar más por mejorar la vida de la gente", añadió.

ESPERAR A LA OCDE

El experto, igual que la patronal tecnológica, defiende "esperar" a que haya un acuerdo global en el seno de la OCDE. E incluso va más allá y no reniega de una 'tasa Google' durante un tiempo "corto" hasta que haya acuerdo global en el que se compensase las cuantías -como lo que ha anunciado Francia-, aunque le preocupa que a posteriori no se mantenga esta promesa.

La principal diferencia para que la patronal apueste por un acuerdo de la OCDE es que esta organización trabaja bajo el marco de una solución que grave los beneficios y no los ingresos. El organismo que dirige Ángel Gurría confía en sacar adelante un impuesto digital en diciembre de 2020, para lo cual en diciembre de este año debería haber una propuesta firme que los países podrán estudiar para su posterior aprobación un año después.