La economía de Estados Unidos creció a un ritmo anual del 2% en el segundo trimestre, una décima menos de lo estimado previamente. El dato refleja una intensa desaceleración respecto de la expansión del 3,1% registrada en los tres primeros meses de 2019, según la segunda estimación del dato publicada ayer por la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio de EEUU.

«La revisión reflejó principalmente las revisiones a la baja de los gastos de los gobiernos estatal y local, las exportaciones, la inversión de inventario privado y la inversión residencial, que fueron parcialmente compensadas por una revisión al alza de los gastos de consumo personal», indicó la oficina estadística.

En particular, el gasto en consumo privado, principal locomotora de la economía estadounidense, creció el 4,7% en el segundo trimestre, la mayor subida en cinco años. En concreto, la compra de bienes duraderos, como coches o equipos electrónicos, ha subido el 8,8%, marcando un récord en 15 años.

El avance del consumo privado ha permitido compensar la caída del 0,6% en la inversión empresarial. Las exportaciones, por su parte, han retrocedido el 5,8% en un año, recortando 0,7 puntos al crecimiento conjunto del PIB.

«La economía lo está haciendo fenomenal, con grandes mejoras potenciales! Si la Fed hiciera lo que debe, seríamos un cohete¡» publicó en la red social tuiter el presidente de EEUU, Donald Trump, aprovechando para afear la resistencia de la Reserva Federal a atender sus peticiones de recortar los tipos de interés del dólar.

En su reciente intervención en el Simposio de Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, destacó que la economía estadounidense se encuentra “en un lugar favorable” desde el punto de vista de la estabilidad de precios y el empleo, apuntando que el desafío del banco central estadounidense es hacer lo apropiado para que la política monetaria sostenga la expansión.

No obstante, una amplia mayoría de los economistas encuestados por la Asociación Nacional de Economía de la Empresa (NABE) prevé que la economía de EEUU entre en recesión el próximo año o el siguiente como muy tarde, a pesar de que el cambio en la política monetaria de la Fed podría contribuir a alargar el actual periodo de expansión económica, el más prolongado de toda la historia de EEUU.

De este modo, un 38% de los economistas consultados apuesta por que EEUU entrará en recesión en 2020, porcentaje que representa una bajada respecto del 42% que opinaba así el pasado mes de febrero, mientras que crecen al 34% desde el 25% los que creen que EEUU entrará en recesión en 2021.