120 millones de eslotis, al cambio, más de 28 millones de euros: esa es la multa que la filial de Volkswagen en Polonia (VW Group Polska) tendrá que pagar por las consecuencias generadas por el escándalo de emisiones contaminantes conocido como 'Dieselgate'. Así lo anunció esta semana la oficina polaca para el defensor del consumidor en lo que supone un nuevo varapalo legal y financiero para Volkswagen.

Se trata de la mayor multa impuesta hasta ahora por esa autoridad polaca. Según informan medios alemanes, el consorcio con sede en Wolfsburgo ha tenido que desembolsar hasta el momento más de 30.000 millones de euros a causa de las consecuencias legales generadas en diferentes países por su fraude al consumidor.

En 2015, la empresa automotriz alemana reconoció haber incorporado un software ilegal en millones de coches de sus diferentes marcas para rebajar el nivel de emisiones sólo cuando eran controlados en las inspecciones técnicas y no cuando circulaban por carretera. La argumentación de la autoridad polaca para imponer la multa es la siguiente: Volkswagen aplicó esa práctica ilegal entre 2008 y 2016, y mientras duraron las investigaciones sobre el caso en Polonia, la empresa no hizo ninguna propuesta para solución de común acuerdo con los consumidores afectados.

Volkswagen respondió que la multa no tiene base legal alguna y que sus clientes en Polonia no sufrieron daños ni perjuicios. La automotriz alemana argumenta, además, que desde 2016 ofrece un servicio de atención a sus clientes afectados por el 'Dieselgate'.

MÁS FRENTES ABIERTOS

Esta misma semana, la fiscalía de Braunschweig informó que ha acusado formalmente a seis directivos más de Volkswagen por el 'Dieselgate'. Enfrenta acusaciones de fraude, falsedad y evasión fiscal. Según la fiscalía alemana, los acusados son presuntos responsables directos de haber engañado a millones de consumidores tanto en Estados Unidos como Europa entre noviembre de 2006 y septiembre de 2015.

El pasado mes de abril, el expresidente de la junta directiva de Volkswagen, Martin Winterkorn, y otros cuatro directivos ya fueron formalmente acusados en Alemania por fraude y competencia desleal. El proceso contra ellos sigue abierto