El aeropuerto de Barcelona volvió ayer a sufrir retrasos y anulaciones de vuelos a consecuencia de la huelga convocada por los trabajadores de tierra de Iberia, cuyas consecuencias fueron agravadas por la lluvia del sábado. La aerolínea British Airways canceló al menos ocho vuelos por los paros de Iberia. Estas cancelaciones -cuatro vuelos de salida y cuatro de llegada- se sumaron a las 73 suspensiones ya previstas. Los retrasos fueron a menos por la tarde tras una mañana de cierta tensión.

El sábado se cancelaron 46 vuelos más que los previstos por la huelga en El Prat y se preveía un número mayor de vuelos, más de un millar. Finalmente, la previsión de más colas se cumplió, pero como era de esperar, en fechas de inicio y final de vacaciones. Un total de 64 vuelos cancelados fueron ayer de Vueling, que aseguró que el 80% de ellos cumplieron los horarios. Los pasajeros afectados por retrasos o cancelaciones el fin de semana fueron casi 20.000. Los responsables del aeropuerto destacaron, aún así, que se estaban cumpliendo todos los servicios mínimos programados. Iberia quiso dar normalidad a la jornada, mientras los sindicatos volvieron a reivindicar el exceso de servicios mínimos.

LLUVIA / El portavoz de UGT en Iberia Barcelona afirmó que los retrasos y cancelaciones de vuelos del sábado fueron consecuencia más de la huelga que de la lluvia: «Si solo media hora de lluvia intensa paralizara el aeropuerto sería un problema grave para una infraestructura internacional como esta».

En declaraciones a los periodistas en las instalaciones del aeropuerto, descartó entrar en la «guerra de cifras» sobre el seguimiento de la huelga, aunque remarcó el amplio seguimiento. El presidente del comité de empresa de Iberia Cataluña, José Antonio Ramírez, explicó que los trabajadores se reunirán hoy para valorar la huelga, y avanzó que pedirán a la compañía que se vuelva a negociar. Ramírez también afirmó que no descartan nuevas convocatorias de huelga si la empresa no quiere negociar: «No descartamos ningún escenario. Estamos convencidos de que esto debe tener una solución definitiva y la vamos a buscar de cualquier manera».

Y mientras trabajadores y dirección negociaban, los viajeros sufrían el boicot a sus vacaciones. Los más afectados fueron los que habían elegidos vuelos con poca competencia.

En ese caso, la reubicación es más complicada. Si la causa de la anulación del vuelo es la lluvia será difícil que consigan más que la compensación que la aerolínea proponga H.