El Banco de España insistió ayer en que el precio de la vivienda «no está, en promedio, alejado de su valor de equilibrio», es decir, que no está sobrevalorado. El pasado mayo ya apuntó que está «muy cerca de su valor de equilibrio de largo plazo, después de haberse situado significativamente por debajo de dicho nivel durante los años anteriores». Es decir, que los precios se encuentran ya cerca del nivel al que deberían estar en función de la evolución de los fundamentales de la economía, principalmente el PIB y el empleo.

Con todo, la institución admitió ayer que la valoración comparativa de los precios inmobiliarios presenta una «gran incertidumbre» y reconoció que el Banco Central Europeo (BCE) sí que ve una cierta sobrevaloración, aunque muy inferior a la del 2007. También apuntó que las estimaciones a escala nacional «pueden encubrir situaciones divergentes» del mercado de la vivienda a nivel regional o local, como demuestra la aparición de las primeras miniburbujas.

«El mercado inmobiliario en la eurozona presenta un notable dinamismo, con alzas sostenidas de los precios en numerosos países. Esta evolución justifica que, particularmente en el contexto actual de tipos de interés reducidos, las autoridades deban someter a vigilancia el comportamiento del mercado residencial, dada su estrecha vinculación con los ciclos económico y de crédito, así como sus implicaciones sociales», afirmó en un informe.