Algunos viajeros dicen que saben cuándo están en el centro de una ciudad europea cuando ven una tienda de Zara. En Arteixo, junto a La Coruña, no hay ninguna, y debe ser de los pocos municipios grandes de Galicia que no cuenta con su correspondiente comercio de alguna marca de la cadena Inditex. Sin embargo, alberga la sede, la fábrica y el principal centro logístico de la compañía de Amancio Ortega. Y eso, unido al Made in Arteixo de las prendas que esta vende, han convertido al pueblo en uno de los más conocidos fuera de Galicia y de España, aunque a veces la imagen que se transmite sea engañosa.

Según un estudio que acaban de publicar los clubs financieros de Santiago y La Coruña, Arteixo cuenta con un PIB por habitante de más 104.000 euros al año. En Europa esa cifra solo es comparable a la del este del Inner London, donde está la City, y que según Eurostat llega a 178.000 euros por persona.

Otras regiones adineradas de la Unión Europea, como Île-de-France, que acoge a París, y como Bruselas y Luxemburgo, se mueven entre los 50.000 y los 80.000 euros per cápita. En toda España, a Arteixo solo se le acercan Pozuelo de Alarcón, en Madrid, con 69.000 euros, y Sant Fruitós de Bages, en Barcelona, con 67.800.

Podría parecer un pueblo de millonarios. Ni mucho menos. «Somos un municipio de gente obrera y trabajadora, que creció con las personas que vinieron buscando oportunidades laborales desde otras zonas de la Costa da Morte y de la comarca de La Coruña», cuenta el alcalde, Carlos Calvelo, del PP.

Desde 1977

Ortega decidió llevar la sede de Inditex al pueblo en 1977. Hacía apenas dos años que había abierto su primer comercio en La Coruña. Siete años después, con la compañía despegando pero aún sin tiendas en el exterior, instaló allí su centro logístico en una parcela de 10.000 metros cuadrados en el polígono industrial de Sabón. Desde él arrancó el proceso de internacionalización que le ha llevado a tener más de 7.000 puntos de venta en todo el mundo.

Arteixo ha crecido desde entonces al ritmo de Inditex, duplicando su población desde los poco más de 15.000 habitantes que contaba en 1980 a los más de 31.000 de la actualidad. Y su perfil socioeconómico también ha cambiado: hace cuatro decenios era un municipio rural que vivía de la agricultura y de nutrir de mano de obra no especializada a las empresas de La Coruña. Hoy está entre los más industrializados de Galicia.

Según el informe de los clubs financieros, su aportación al PIB gallego supera a la de la capital de la provincia, con ocho veces más población, incluso si suman a esta los de otros municipios activos de la comarca, como Cambre, Culleredo y Oleiros, zonas residenciales donde viven y tributan buena parte de los directivos de Inditex. Como el presidente de la compañía, Pablo Isla, y Eva Cárdenas, directora de Zara Home y pareja sentimental del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

En Arteixo habitan, sobre todo, sus trabajadores y los de sus industrias auxiliares, así como los de las fábricas y oficinas que han ido plagando Sabón en torno al gigante textil. También los del reciente puerto exterior construido en la costa, y que pretende convertirse en referencia en el tráfico de hidrocarburos para la refinería de Repsol, parte de cuyas instalaciones están también en Arteixo.

Calvelo reconoce que albergar la sede de Inditex «solo tiene ventajas», y no sólo porque las etiquetas de Inditex hayan llevado el nombre del pueblo a todo el mundo, sino también por los tributos de esas compañías. En una comunidad pobre -la renta por habitante de Galicia es un 10% menor a la nacional- Inditex ha permitido a Arteixo codearse con las localidades más dinámicas del país.