La parada generalizada de la actividad empresarial provocada por la crisis del coronavirus ha abierto varias incógnitas. Unas de ellas es qué pasará con todos aquellos trabajadores cuyas empresas hayan dejado de producir. Ante dicha situación, una de las salidas por las que están optando muchas empresas es el registro de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Pero, ¿qué es un ERTE?

¿Cuánto tiempo dura?

Un ERTE es una suspensión temporal de la relación laboral que une a trabajador y empresa. Es decir, el trabajador queda despedido durante un periodo concreto de tiempo. Dicho proceso es de carácter colectivo, por lo que afecta de manera simultánea a una parte o el todo de la plantilla y su duración depende de lo que acuerden la dirección de la compañía y el comité de empresa.

¿El trabajador afectado cobra? ¿Cuánto?

Los días que el trabajador permanezca de ERTE no ingresará el sueldo que percibe habitualmente, sino que cobrará una prestación por desempleo. Pues los días en los que está suspendido de empleo también lo está de salario. El importe diario de la prestación durante los 180 primeros días será del 70% de la base reguladora del sueldo bruto y a partir del día 181 hasta el final de la prestación será del 50%. Es decir, si una persona cobra de salario bruto 1.000 euros, los seis primeros meses cobrará 700 euros de paro y a partir de entonces hasta un máximo de dos años cobrará 500 euros.

Por mucho que haya cotizado un trabajador, la prestación de paro tiene fijados unos topes, referenciados en el IPREM. Actualmente un trabajador con derecho a la prestación contributiva máxima y con dos o más hijos a cargo podría cobrar como máximo 1.411,83 euros mensuales. En el caso de un trabajador que tenga derecho a la máxima cuantía, pero no tenga hijos, la prestación es de 1.098,09 euros.

¿Todo el mundo tiene derecho a prestación?

La normativa laboral contempla que solo podrán percibir prestación de paro ante un ERTE aquellos trabajadores que hayan cotizado un mínimo de 180 días durante los cinco años previos a efectuarse el ERTE. Un periodo de tiempo conocido como periodo de carencia. Dicho requisito puede llevar a excluir de dicha prestación a trabajadores jóvenes, con trayectorias temporales o a personas que acaban de salir de un paro de larga duración.

Para minimizar los efectos de la actual pandemia del coronavirus, el Gobierno ha habilitado de manera excepcional que todos los afectados por un ERTE tendrán derecho a cobrar prestación por desempleo, independientemente de si cumplen o no con el requisito de carencia.

¿Qué pasa si después de un ERTE me despiden?

Las empresas recurren habitualmente a una suspensión de empleo en un momento de bajada de la producción. Y el recurso del ERTE es una fórmula adoptada para aligerar los costes salariales de las compañías sin acabar recurriendo a los despidos. No obstante, los resultados de algunas compañías no acaban remontando y pueden acabar recurriendo posteriormente a la extinción definitiva del contrato de sus trabajadores.

En el caso de un trabajador que haya sido suspendido de empleo, el tiempo que esté afectado por un ERTE estará consumiendo prestación de desempleo. Lo que acabaría afectando a su derecho a percibir un subsidio en caso de ser despedido en un futuro. En circunstancias normales, el ERTE consume paro, pero en la casuística excepcional del coronavirus, el Gobierno ha garantizado que una vez pasados los ERTE justificados en base al covid-19; el contador de los trabajadores volverá a ponerse a cero. Es decir, los ERTE del coronavirus no consumirán paro.