Mariano Rajoy condicionó ayer la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 735,9 euros el próximo año con la buena marcha de la economía española, que se sitúa, dijo, en el puesto 15 de las economías del mundo y este año ha recuperado el 10% de la riqueza perdida por la crisis. El jefe del Ejecutivo, que relacionó este acuerdo con los Pactos de la Moncloa firmados hace 40 años, agradeció a sindicatos y organizaciones empresariales la disposición al diálogo y al pacto social.

El Gobierno quiso dar la mayor solemnidad al acuerdo de subida del SMI en los próximos tres años al reunir en el Palacio de la Moncloa a los agentes sociales. Los líderes sindicales Unai Sordo (CCOO), Josep Maria Álvarez (UGT) y empresariales, Juan Rosell (CEOE) y Antonio Garamendi (Cepyme) pusieron su firma, tras la de Rajoy, al acuerdo alcanzado la semana pasada, que fija un incremento del salario mínimo para el 2018 del 4%.

El texto establece también las subidas para años sucesivos. La más importante se producirá en el 2020, que será del 10%, hasta los 850 euros mensuales (11.901 euros anuales en 14 pagas). En el 2019, el incremento será del 5%, hasta los 773 euros al mes (10.819 euros anuales). En torno a 530.000 trabajadores se beneficiaran de esta medida en 2018.

Las subidas estarán siempre condicionadas a que cada año el PIB real crezca por encima del 2,5%, así como a un aumento de la afiliación media superior a las 450.000 personas. Son unos «límites modestos», según Rajoy «porque están por debajo de lo que sucede ahora». En este sentido, destacó los buenos datos macroeconómicos: este año el PIB crecerá el 3,1% «por encima de la zona euro», subirán más que nunca las exportaciones y se habrán creado unos 600.000 empleos.

El incremento del 2018 del 4% provocará que haya un aumento anual estimado de la recaudación a la Seguridad Social, puesto que la base mínima de cotización es similar al SMI, de unos 33,22 millones de euros en el 2018.

Aunque el nuevo SMI está lejos de la propuesta sindical de 886 euros mensuales, Sordo y Álvarez lo respaldaron por lo que supone de avance para los trabajadores que están en los límites de la pobreza. «Después de siete años, ya tocaba», dijo el líder de UGT. «Es la senda para corregir una anomalía y que el SMI se acerque a lo que marca la Carta Social Europea», subrayó el líder de CCOO.

VALORACIÓN SINDICAL / Para ambos, el pacto debe marcar el camino a seguir por la negociación colectiva del sector privado y de las retribuciones de los empleados públicos. Sordo y Álvarez reconocieron la importante recuperación de la economía tras años de crisis, con creación de empleo y aumento de la productividad, pero pusieron el acento en que la subida de los salarios es el segundo peldaño en el reparto de riqueza tras la salida de la crisis. La mejora de las retribuciones «ya no es solo una demanda sindical», dijo Sordo, sino de la Comisión Europea, del FMI y BCE.

Rosell y Garamendi no respondieron directamente a la demanda sindical de incrementar los salarios del sector privado, pero sí reconocieron que el aumento de los beneficios empresariales da margen para ello.