Después de dos años sin diálogo formal con los agentes sociales, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, han reabierto este jueves la vía del diálogo social, en el inicio de una legislatura marcada por la falta de mayoría absoluta del PP.

En una reunión de dos horas en La Moncloa con los secretarios generales de los sindicatos UGT y CCOO, Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, y con los presidentes de las patronales, CEOE y Cepyme, José Rosell y Antonio Garamendi, Rajoy ha ofrecido a los agentes sociales diálogo para pactar medidas y reformas a lo largo de toda la legislatura aunque ha marcado dos líneas rojas que no se podrán traspasar: el cumplimiento de los objetivos de déficit impuestos por Bruselas y no derogar la reforma laboral.

“Se inicia un camino de diálogo para construir consensos sobre lo más importante: el crecimiento y la creación de empleo”, ha dicho Báñez tras calificar la reunión de “cordial y constructiva” y justificar la falta de resultados concretos: “No era un día para hacer propuestas”, ha afirmado. Optimistas también se han mostrado los representantes empresariales ante la posibilidad de dialogar sobre “la nueva agenda económica”. Mayor escepticismo han mostrado los representantes sindicales. “Yo salgo como he entrado” ha resuelto Pepe Álvarez. Fernández Toxo ha dicho que salía de la reunión “con algunas incógnitas por la falta de respuestas concretas a preguntas directas sobre el salario mínimo interprofesional, la subida de las pensiones el próximo año, la evolución de los salarios y el empleo público”.

RETOQUES EN LA REFORMA LABORAL

Tanto empresarios como sindicatos han extraído la conclusión de que el Gobierno no está dispuesto a cambiar el cuerpo esencial de la reforma laboral que -desde el punto de vista oficial- está en el origen de la intensa creación de empleo de la economía española, si bien se podrían encajar cambios en la regulación pactados previamente los agentes sociales.

"Nos han dicho, si estáis de acuerdo y nos planteáis cambios, reformas que sirvan para la adaptación a la realidad o para que, al menos, se entiendan las cosas y luego en el juzgado no se tengan que interpretar, estamos dispuestos a mirarlo", ha revelado Rosell. La ministra Báñez ha circunscrito estos posibles cambios a cuestiones relacionadas con la estabilidad en el empleo, la formación, la conciliación laboral, la seguridad e higiene en el trabajo y la lucha contra el fraude.

Pero para los sindicatos esto no basta. “Decir que se puede mejorar la calidad del empleo sin modificar la reforma laboral es pura retórica”, ha valorado el líder de UGT. “La de hoy ha sido una reunión que abre un proceso que no va a ser fácil. Lo que podamos arrancar será fruto del esfuerzo y del trabajo y también de la capacidad de movilización de los trabajadores de este país”, ha dicho. “El binomionegociación-movilización va a funcionar en este periodo de manera importante”, ha advertido Toxo; “y que conste que no estoy convocando ninguna huelga”, ha añadido para evitar malos entendidos.

LO URGENTE Y LO IMPORTANTE

Antes de final de año corto plazo, las tres partes (Gobierno, patronal y sindicatos) deben buscar acuerdos sobre la subida de las pensiones, el salario mínimo interprofesional (smi) y el Iprem (indicador público de rentas de efectos múltiples). Además, patronal y sindicatos deberían lograr un acuerdo de negociación colectiva para el 2017. Sobre esto último Rosell ha mostrado su convicción en que será posible lograr un acuerdo, sin aclarar si la oferta salarial de la patronal para el 2017 se situará en el entorno del 1,5% como parecía haber dado a entender Garamendi. Los sindicatos han planteado una horquilla entre el 1,8% y el 3%.

A medio y largo plazo, los agentes sociales deberán acordar una agenda de negociación que incluirá “14 ó 15 cuestiones”, según Garamendi, tales como reforma de las pensiones, calidad del empleo, protección a parados, empleo juvenil, desempleo de larga duración, formación, lucha contra la pobreza, trabajo autónomo, modelo productivo, políticas sociales, etcétera. En el horizonte está el objetivo compartido por las tres partes de lograr una tasa de paro inferior al 10% “lo antes posible”, en expresión de Báñez.