Rodrigo Rato dobló año tras año el sueldo del que entonces era su cuñado, Santiago Alarcó, en Caja Madrid y Bankia, que contratado como experto en mercados internacionales comenzó cobrando 120.000 euros anuales en el 2011. Dos años después, cuando Rato ya no estaba en la entidad y ésta había sido nacionalizada, cobró más de 480.000 euros. El juez del caso Rato investiga un entramado empresarial de la familia del exvicepresidente tan complejo que Hacienda ha clasificado con colores según el grado de parentesco y de implicación, en el que figuran su exmujer, sus tres hijos, hermanos, cuñados y sobrinos. Entre las operaciones sospechosas están las relativas al cobro de los honorarios por las conferencias que impartía Rato y los movimientos de divisas sin tributar por un valor de 12 millones de euros.