Segunda jornada de interrogatorio y Rodrigo Rato siguió ayer culpando a los demás de la debacle de Bankia en el juicio por la salida a bolsa de la entidad en el 2011 que se celebra en la Audiencia Nacional. El expresidente de la entidad acusó al anterior Ejecutivo del PP de realizar una «intervención política» del banco y recordó que forzó su salida del cargo en mayo del 2012: «El Banco de España no intervino. A mi me echó el presidente del Gobierno (Mariano Rajoy) personalmente».

Rato lleva años explicando que el ministro de Economía, Luis de Guindos, le «exigió» la dimisión. También ha contado repetidamente que pidió un encuentro con Rajoy y acudió a La Moncloa para que le confirmase que el Gobierno quería que dejase la presidencia de Bankia.

El acusado, asimismo, responsabilizó a la vicepresidenta de Economía del anterior Gobierno socialista, Elena Salgado, de ser en última instancia la que aceptó que el banco debutase en el mercado en el 2011 a un precio de derribo, lo que hizo a la entidad inviable según los inspectores del Banco de España. El consejo de administración de Bankia había planteado a título orientativo un precio por acción de entre 5 y 4,1 euros, pero finalmente fue de 3,75 euros, con un descuento de entorno al 60% sobre el valor contable.

REPUTACIÓN / «El Banco de España y la ministra de Economía, que era la que mandaba en el FROB, nos decían que teníamos que salir (a bolsa) antes de septiembre», mantuvo antes de afirmar que el «FROB, entiendo que influido por el Banco de España, se plantea que no salir es peor» pese al bajo precio. Según su relato, Salgado decidió que la operación avanzase pese al fuerte descuento por el «elevado coste de reputación» que supondría no hacerlo.

El Banco de España, añadió, nunca le comunicó los informes de sus inspectores que consideraban inviable al grupo financiero si la rebaja superaba el 40%, sino que «valoró bien» los más de 3.000 millones de euros que le aportó la operación. Tampoco le trasladó su preocupación posteriormente: «Si la comisión ejecutiva del Banco de España hubiera pensado que Bankia necesitaba 13.000 millones en marzo (del 2012), me parece muy difícil que nos aprobase los tres planes (de saneamiento) que le presentamos».

En otro tenso cara a cara con la fiscala Carmen Launa, Rato defendió que en el controvertido folleto de la salida a bolsa estaba dicho «todo el riesgo» que esta suponía para los inversores. «este no es un folleto hecho por Bankia, es un folleto hecho por (firmas) profesionales relevantes (contratadas) siguiendo las directrices de la CNMV», siguió exculpándose. Asimismo, insinuó que la auditora Deloitte y su socio Francisco Celma se negaron a firmar las cuentas del 2011, el detonante de la intervención de la entidad, en connivencia con el Gobierno: «Cuando vi la reformulación (realizada por su sustituto, José Ignacio Goirigolzarri) lo entendí todo».