El británico es un sistema de pensiones mixto. El peso de la pensión del Estado es mucho menor que en otros países de la Unión Europea (UE) y se completa con pensiones privadas.

De hecho, junto con Holanda, es uno de los países en los que más patrimonio gestionan las gestoras de planes y fondos de pensiones. El plan de pensiones público se nutre de las aportaciones provenientes de las cantidades que se retienen al salario de los trabajadores en sus nóminas.

A esto se suman los planes de pensiones privados ('Workplace Pension'), que posee ciertas ventajas fiscales. Las aportaciones a estos planes privados varían y se puede negociar la cantidad. En principio cada empleado debe aportar un 8% de su salario. De ese porcentaje le corresponde un 3% al salario del trabajador, un 4% a la empresa y un 1% al Estado en forma de subsidios.

Trabajador o empresa pueden aumentar los porcentajes mínimos, ya sea quien lo haga una de las partes, o las dos. En cuanto a la pensión del Estado, la máxima retribución en el Reino Unido en el 2019, para quien haya contribuido 30 años, es de 700 libras al mes (829 euros) y sobre esa cantidad se deben pagar impuestos. Algunas personas pueden incrementar esa suma retrasando los pagos de la pensión.

En cuanto a la pensión del Estado, la máxima retribución en el Reino Unido en el 2019, para quien haya contribuido 30 años, es de 700 libras al mes (829 euros) y sobre esa cantidad se deben pagar impuestos. Algunas personas pueden incrementar esa suma retrasando los pagos de la pensión.