En España, la hegemonía de la luz es de las grandes empresas -Endesa, Iberdrola, Naturgy, Edp y Viesgo-, sin embargo, las comercializadoras más pequeñas vienen pisando fuerte. En los últimos cuatro años, los cinco grupos tradicionales perdieron 4,3 puntos de cuota en el mercado libre que fueron a parar a las independientes, aunque todavía suman el 86,5% de este mercado.

En 2018, Endesa, Iberdrola y Naturgy acumularon una pérdida de más de 300.000 clientes, mientras que las pequeñas comercializadoras crecieron en 420.000 puntos, según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Entre las altas y bajas y los cambios de comercializador, Endesa perdió 192.396 puntos y Naturgy, 119.181. Iberdrola cedió solo 25.549, mientras Edp sumó 20.405, y Repsol, que el año pasado se hizo con activos de Viesgo, consiguió 34.442 puntos más.

El mercado eléctrico en España se divide entre regulado y libre. Así, de los 29,4 millones de puntos de suministro que había al final de 2018, un 61,7% pertenece al libre y un 38,3% al regulado. ¿Cuál es la diferencia? El mercado regulado está compuesto únicamente por las comercializadoras de referencia, las «de toda la vida» -Iberdrola, Endesa, Gas & Power (Naturgy), Edp, CHC, Viesgo (Repsol), Teramelcor (en Melilla) y Empresa de alumbrado eléctrico de Ceuta- y en él se contrata la tarifa de Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), cuyo precio varía en base al mercado eléctrico.

En el mercado libre están también las empresas del mercado regulado con sus filiales, así como las denominadas independientes como Holaluz, Podo, Fenie Energía, Aldro o Lucera. La diferencia es que en el libre los consumidores pagan el precio que pactan con la empresa suministradora. El mercado libre cerró 2018 con el liderazgo de Iberdrola, con una cuota del 36,6% (en 2017 fue del 37,3%), seguida de Endesa con el 29,6% y Naturgy, con el 12,6%.